Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- La modestia, la convicción de ayudar a los jóvenes y rescatarlos de las adicciones, además de formar futuros campeones de box tienen cabida en el yucateco “Magallo” Lozada, quien hace 50 años se coronó campeón nacional de peso gallo y se codeó con los más famosos peleadores y promotores del mundo de fistiana.

Como boxeador profesional disputó 38 combates, entre ellos el del 1 de agosto de 1973 contra Salvador Martínez Carrillo, el “Güero Papero”, a quien derrotó para obtener el cinturón que lo colocó en la cima de ese deporte en México.

Margarito Lozada Ceballos, “Magallo”, entabló profunda amistad con glorias como Raúl “Ratón Macías”, José Ángel “Mantequilla” Nápoles y Rubén “El Púas” Olivares (su compadre) y con managers de la estatura de El Cuyo Hernández y Pancho Rosales, así como con José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

Oriundo del municipio de Yaxkukul y residente de la colonia López Mateos de Mérida, a sus casi 77 años –que cumplirá el próximo 15 de septiembre– “Magallo” es un claro ejemplo de que la experiencia no se jubila, más bien se aprovecha, por ello, todos los días acude a preparar a futuras promesas y contribuir a devolver la época de gloria boxística a Yucatán.

El estado del faisán y del venado fue en una época cantera de campeones del mundo: Miguel Canto (mosca CMB), Gustavo “Guty” Espadas Cruz (mosca AMB), Freddy “Chato” Castillo (minimosca y mosca CMB), Juan Herrera (mosca AMB), Lupe Madera (minimosca AMB), Gustavo “Guty” Espadas Espinosa (pluma CMB) y Gilberto Keb Baas (minimosca CMB).

En la pléyade de México destacaron los yucatecos: Raúl Solís (mosca), Julio César Jiménez (ligero), Víctor Manuel Quijano (pluma), Miguel Canto (mosca), Margarito “Magallo” Lozada (gallo), José Medina (gallo), José “Joe” Baquedano (wélter y medio), Jorge Cano (minimosca), Ricardo “Leoncito” Peralta (ligero), Marco Antonio “Chino” Benítez (mosca), Roger “Yoyo” Arévalo (superpluma), Javier “Candelita” Várguez (minimosca), Santiago Méndez (minimosca) y Luis “Pumita” Fuente (pluma).

“Magallo” no se limitó a preparar a algunos de esos destacados púgiles yucatecos. En el municipio de Villa Nicolás Romero, Estado de México, entrenó en el gimnasio que apadrinó el famoso “Púas” Olivares –de ahí que fueron compadres– a peleadores que obtuvieron títulos como Diego Morales, campeón mundial mosca, y Erick El Terrible Morales, quien obtuvo cuatro cinturones dorados en diferentes pesos.

Su trayectoria en los encordados y su experiencia como orientador, además de enemigo de la injustica y la mentira, lo llevaron a ser nombrado como vicepresidente tanto de la Unión de Managers del Distrito Federal, en el que formaba parte el reconocido “Cuyo” Hernández, como de la Confederación Nacional de Manejadores de Boxeo que presidió Pancho Rosales.

Para “Magallo” el ingreso económico de un boxeador es sagrado, ya que lo gana, dijo, a base de sangre, sudor y lágrimas. Es por eso que rememoró haber conocido y luchado contra oportunistas, ladrones y extorsionadores.

Su modestia y franqueza le han permitido contar con profundas y largas amistades.

¿Por qué ha decaído el box en Yucatán?, se le pregunta en charla en su casa de la colonia López Mateos, de donde sale todos los días a preparar prospectos con talento en el gimnasio de Felipe Guerrero en Mérida.

“Magallo”, que en sus inicios era conocido como “El Gallito Lozada”, no tiene reparos en señalar a los “hombres de pantalón” como los responsables de esta crisis en que ha caído el ambiente de boxeo en el estado de Yucatán, ya que, acusó, en vez de apoyar la promoción de funciones, las sancionan con altas cuotas de dinero.

Explicó que los ingresos por las entradas a las funciones son insuficientes para pagar las tarifas que cobran las autoridades, además de que es necesario pagar a managers y boxeadores. No hay apoyo oficial al sector, y eso ha colocado, recalcó el entrenador, en un tobogán al box yucateco.

Señaló al ex presidente de la Comisión de Box y Lucha de Mérida, Santiago Basto Mejía, quien duró diez años en el cargo con el respaldo de los alcaldes en turno, y a los funcionarios del Instituto del Deporte del Estado de Yucatán (IDEY) como responsables de impedir el desarrollo y la promoción de ese deporte en la capital del estado.

Recordó que en la época de gloria del box en Yucatán los promotores, aun sin el respaldo de la televisión comercial, organizaban funciones con el apoyo de los representantes de la comisión y las anteriores autoridades municipales, quienes sancionaban y autorizaban las funciones sin otro objetivo que apoyar ese deporte.

En abril del año pasado, el promotor José Manzur Arguelles, miembro del Salón de la Fama del Boxeo de Norteamérica, fue nombrado titular de la Comisión de Box y Lucha Libre de Mérida para el período 2021-2024 en sustitución de Basto Mejía, por lo que se han generado expectativas.

“Magallo” Lozada no ocultó su molestia por el abandono en que se encuentran aún muchos adolescentes y jóvenes de colonias como la Melitón Salazar, Castilla Cámara y otras del sur de la ciudad de Mérida, quien están atrapados, reveló, en las adicciones sin que las autoridades hagan algo por apoyarlos.

Recordó que vecinos de la colonia Melitón Salazar le pidieron tiempo y esfuerzo para promover el deporte del boxeo a jovencitos de esa demarcación, lo que contó con el apoyo de espacio de una residente y respaldo económico de Francisco Torres para la compra de pera, costal y accesorios, apoyo que no tuvo continuidad de las autoridades.

Explotó “Magallo” su enojo por el oportunismo de políticos que lucran o buscan beneficios políticos con el boxeo como el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, quien prometió junto con los conocidos peleadores José “Pipino” Cuevas y la “Chiquita” González, en una visita al estado en noviembre de 2017, promover el box en Yucatán, pero sólo quedó en palabras.

En aquella ocasión, el legislador anunció un torneo de box amateur “con el ánimo de detectar talentos para pulirlos y llevarlos a competir en los Juegos Olímpicos y en los campeonatos mundiales”. A esos peleadores invitados, refirió “Magallo”, les pagaron hasta 40 mil pesos para que vinieran a sumarse a una presunta promoción.

En este deporte prevalece el oportunismo, la conveniencia, el engaño, las mentiras, recalcó el reconocido ex púgil, quien, por otro lado, también dio su valor al a esa disciplina como una de las más bonitas y nobles, pues ayuda, afirmó, a mejorar en lo personal, a reducir la agresividad y la violencia y a superar la pobreza.

Resumió que su vida ha sido difícil pues quedó huérfano a temprana edad, conoció la correccional de menores y sufrió en carne propia las “marranadas” del boxeo como el fuerte golpe en el abdomen que le propinó a mansalva y sin haber aún sonado la campana el venezolano Betulio González, además de que afrontó en otra pelea una fractura en la mandíbula.

De sus combates en el cuadrilátero, resaltan los sostenidos frente a Alexis Arguelles (nicaragüense), Salvador Martínez, Carlos Zárate, José Luis Soto, Rafael “Tanquecito” González, Earl Large, Leoncio Meza, Betulio González, Freddy Castillo y Ranita Torres, entre otros.

Como firme enemigo de la injusticia y la mentira, provocó controversia, por eso lo llamaron “Magallo Polémico”.

“Gracias a Dios tuve a mi lado a un sabio que me fogueó antes de tirarme a las fieras, Manuel Rivera Pineda. Dónde te encuentres, Dios te cuide, saludos, un abrazo de tu amigo Magallo Lozada”, expresó.

Otro personaje al que le guarda eterna gratitud es José Damián Morales, padre de Diego y Erik Morales, quien le pidió aplicar su experiencia, conocimientos y técnica para preparar a sus hijos, los cuales a la postre fueron campeones mundiales en distintas divisiones.

“Le brinde mi gimnasio y hogar y fuimos recíprocos. Cuando iba a Tijuana, yo me quedaba en su casa y su linda esposa nos daba los alimentos. Hablo con la verdad, Erik me paseaba en su carro deportivo”, narró.

“Magallo” Lozada es un hombre agradecido con la vida, ya que también mantuvo amistad con personajes reconocidos como José Sulaimán, quien lo invitó a participar en la XXV Convención del Consejo Mundial de Boxeo en 1988, y con Raúl “Ratón” Macías, así como con famosos cronistas del mundo de fistiana como Antonio Andere, Víctor Cota y Sony Alarcón, entre muchos otros.

A sus casi 77 años el oriundo de Yaxkukul muestra, sin mella alguna del deporte rudo de los golpes, lucidez, memoria y una gran energía y experiencia que sigue transmitiendo, dijo, a nuevos talentos.

En el fondo, concluyó, cada yucateco es un boxeador.

Lo anterior es parte de la plática de interminables recuerdos que llevó más de cuatro horas y el Tío “Magallo” apenas hojeó una de varias compilaciones de recortes periodísticos, en compañía de su esposa Elsy Juana León Ávila y de su hermana Ananidia Lozada Ceballos.

(LectorMx)