Por Jesús Mejía
Mérida, Yucatán.- La falta de sistemas de potabilización, que obliga a clorar y entubar el agua para consumo humano, es manifestación de la crisis del vital líquido en Yucatán.
Además, el estado ocupa el lugar 31 entre los estados en el manejo de líquidos residuales, pues sólo se trata el tres por ciento, planteó el Consejo Ciudadano por el Agua de Yucatán.
La representante de esa instancia, Teresa Denegre-Vaught Charruf, advirtió de la grave contaminación y sobreextracción del acuífero por los permisos para megaproyectos como granjas porcícolas, avícolas, cerveceras y refresqueras, particularmente en Áreas Naturales Protegidas o zonas de riesgo.
Mediante un documento titulado “Campaña nacional por una ley general de agua que responda los intereses de comunidades y pueblos y no a los grandes intereses económicos”, la activista subrayó que esta crisis en Yucatán se debe también a la falta suficiente y oportuna del recurso en las comunidades rurales.
En dichas poblaciones, agregó, el agua se entrega por tandeo, sólo de cuatro a cinco horas al día, sin presión, de tal forma que la gente ya se acostumbró a vivir con escasez, pues llena sus cubetas para recolectarla, las cuales le tienen que alcanzar para sus necesidades diarias.
Mencionó que el desmedido crecimiento urbano se ha dado sin una planeación basada en las características del territorio y calificó que es deficiente el manejo de residuos sólidos, ya que sólo hay un relleno sanitario y proliferan los tiraderos al aire libre con quema de basura permanente y sin manejo adecuado de lixiviados.
En cuanto a salud pública, citó que proliferan agentes patógenos y tóxicos que inciden directamente en la salud humana y la viabilidad de los ecosistemas, aunado al aumento de enfermedades de origen hídrico asociadas a cáncer, enfermedades renales y afectaciones hormonales.
Se refirió a la industria refresquera, que extrae anualmente nueve mil 500 millones litros, por lo que es el sector que más la consume de todo el país, en tanto que la sobreextracción por las cerveceras provoca la salinización de pozos y disminuye reservas de agua dulce por su ubicación cerca de la costa.
En Hunucmá, continuó, la cervecera se lleva el 36 por ciento del agua de todo el municipio, al extraer 7.5 millones de metros cúbicos al año, superando en tres veces el volumen concesionado para el consumo público urbano.
También señaló como agentes contaminantes las granjas porcinas, ya que vierten en exceso nitratos, hormonas, medicamentos veterinarios y coliformes fecales en perjuicio del suelo, vegetación, fauna, el aire y la salud de niñas, niños y adultos de las comunidades.
Denegre-Vaught Charruf, quien forma parte del Movimiento Nacional “Agua para Todos, Agua para la Vida”, atribuyó lo anterior a la inexistencia de una Ley General de Aguas Nacionales actualizada y una ley estatal respectiva que permita su uso y consumo como un derecho humano y no sólo orientado a intereses privados.
Recordó que en febrero de 2020, la Coordinadora Nacional Agua para Todos, Agua para la Vida, entregó al Congreso la Iniciativa Ciudadana de Ley General del Agua (ICLGA), respaldada por más de 198 mil firmas, resultado de 400 foros, talleres y congresos y con apego al mandato constitucional, pero no ha habido respuesta.
Esas organizaciones llaman a los legisladores a aprobar una Ley General del Agua de corte ciudadano, que tenga como premisa, la abrogación de la Ley de Aguas Nacionales de 1992 por ser contraria al derecho humano al agua.
(LectorMx)