Ciudad de México.- Estoy súper contenta, estoy súper agradecida; agradecida con mi cuerpo, agradecida con la gente que me estuvo apoyando, con mi red de apoyo, porque sí se pudo. Sobre todo mi cuerpo que hoy me permitió esta medalla de plata.

Esas fueron las palabras de la yucateca Gilda Guadalupe Cota Vera, tras recibir la medalla de argento en la disciplina de impulso de bala, en los Juegos Paralímpicos de París.

“Recientemente, antes de venir para acá, recibí un tratamiento, que es una tipo quimio que obviamente te baja… Entonces, veníamos batallando con las marcas, veíamos muy complicado el pelear por una medalla, pero hoy me levanté y dije: lo tengo que hacer.

“Gilda se dijo un día que iba a sorprender a la vida… y hoy lo hicimos”, dijo la mujer de 30 años de edad.

“Entonces, para mí fue dejar ese mensaje, eso es lo que me mueve, de dejar ese mensaje de: inténtalo, no pasa nada, está bien que estés triste. A lo mejor hoy dices ‘no quiero’, ‘no puedo’, ‘me rindo’… inténtalo…

“Hoy lo intentamos y vemos una medalla de plata para México… es algo que estaba yo en shock porque decía yo: ¿es en serio? O sea, estamos en unos paralímpicos…”, compartió la atleta vía telefónica en entrevista para la Conade.

“Cuando terminé de lanzar y ya vi que terminaron todas las competidoras, alzo la cabeza, veo el estadio, la magnitud del estadio, la gente y digo: lo hiciste… te lo propusiste y lo lograste.

“Es algo que, la verdad, la piel… no, fue algo maravilloso… mi pecho estaba… latía muy rápido, estaba que no me la creía y hasta ya cuando terminamos y venía para acá, me dice Juan: lo hiciste… y fue como ‘wow, soy medallista paralímpica'”, narró todavía muy emocionada.

“Queda trabajo por hacer y queda Gilda, esperemos que sí… entonces, la revancha va a ser en Los Ángeles 2028 y vamos por ese nuevo récord. El récord ya tiene nombre, no se rompió ahorita, el récord sigue siendo de Gilda y de México, entonces vamos a luchar muy fuerte para volver a romper ese récord”, anticipó.

Gilda Guadalupe estuvo a nueve centímetros del oro que ganó la china Qing Wu, mientras la rusa vetlana Krivenok se llevó el bronce.

La subcampeona olímpica y campeona mundial, con maestría en criminalística, radicaba en Guanajuato hace cuatro años comenzó a sufrir mareos, debilidad muscular y caídas desequilibrios.

Los médicos diagnosticaron esclerosis múltiple, progresiva y sin cura, confinada desde entonces a una silla de ruedas.

Ella y su familia viven en la colonia Pensiones, al poniente de Mérida.

Su padre Mario Cota jugó como pitcher en la Liga Mexicana de Béisbol.

(LectorMx)