Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- Como parte de la convivencia con ancianos desamparados que reciben asistencia, la congregación de monjas y de particulares del asilo Brunet Celarain de Mérida llevó al cabo un certamen de cánticos navideños para procurar afecto y recaudar fondos a beneficio.

Sor Isabel Rivera, la madre superiora de las monjas Hermanitas de los Ancianos Desamparados, convocó este domingo a un concurso de canciones navideñas como parte de un acto de reencuentro y de apoyo económico a los 130 adultos mayores alojados en el recinto, con asistencia de centenares de visitantes.

Como en otras ocasiones de convivencia por fiestas patrias y “paelladas”, en este caso la congregación organizó el certamen de villancicos con venta de alimentos para obtener recursos, ya que el asilo vive de la subsistencia y del apoyo económico voluntario.

El centro, que opera desde hace 122 años, mantiene su invitación abierta para que cualquier persona interesada pueda visitar a los ancianos, toda vez que la mayoría de ellos fueron recogidos de la calle y están en situación de abandono y no hay familiares que respondan por ellos.

Diversos grupos de adultos mayores y familias altruistas participaron en el concurso, en el hubo expresiones de alegría y llamados a mantener el espíritu de la Navidad que es el de procurar el afecto y la solidaridad entre los seres queridos.

El arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, dedicó este día el mensaje de su homilía a los ancianos, los cuales, dijo, tienden naturalmente a la depresión y a la tristeza.

“Qué bueno sería que nos organicemos para ir a los asilos donde hay tantos abuelitos abandonados, sin nadie que los vaya a ver”, dijo.

“Llevémosles la alegría de la Navidad a todos ellos, con posadas, regalos y cánticos. Tampoco descuidemos a los ancianos que, aunque no habiten en un asilo, viven en la soledad de su propio hogar. Por supuesto, llevemos el entusiasmo a nuestros propios abuelos de sangre”, expresó a los católicos reunidos en la Catedral de la ciudad.

Hizo un llamado en general para llevar alegría a los enfermos, los presos, los pobres y a todos los que viven en soledad, una tarea cristiana a realizar todo el año, pero que especialmente no debe faltar en el tiempo de Navidad.

(LectorMx)