Mérida, Yucatán.- La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) reconoció que los aranceles impuestos por Estados Unidos, tanto al acero como al aluminio, cuyas exportaciones son cercanas al 80 por ciento a ese país, pegará en el costo de las cadenas de suministro del sector de infraestructura.
La reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones de los mencionados metales “podría tener repercusiones significativas en la industria de la construcción en México”, advirtió el organismo que agrupa a más de 200 empresas de todos los tamaños en Yucatán.
Aunque la medida está dirigida a las importaciones que ingresan a Estados Unidos, es probable que genere efectos indirectos en el mercado mexicano, planteó en un comunicado el organismo empresarial.
Explicó que las exportaciones mexicanas de acero tienen como destino más de tres cuartas partes a Estados Unidos con valor superior a los 13 mil millones de dólares en 2023, en tanto que las de aluminio al mismo destino superaron los dos mil millones de dólares en ventas en 2024.
Precisó que la imposición de estos aranceles impactará directamente en productos como láminas, tubos, perfiles y barras de acero, utilizados en industrias clave como la automotriz, construcción y energía.
En cuanto al aluminio, las afectaciones recaerán sobre láminas, barras y perfiles, esenciales para sectores como la aeronáutica, electrónica y la construcción.
LA CMIC de Yucatán compartió que esta situación podría generar un aumento en la competencia en el mercado interno, ya que otros países exportadores de acero y aluminio podrían buscar nuevos mercados, incluyendo México, afectando los márgenes de beneficio de los productores locales.
Además, el encarecimiento de estos materiales podría traducirse en mayores costos para proyectos de infraestructura pública y privada, lo que podría retrasar o incluso cancelar algunas iniciativas previstas.
También existe el riesgo de inflación en la cadena de suministro, ya que el aumento en los precios de acero y aluminio repercutirá en sectores relacionados con la construcción, como la fabricación de maquinaria y equipos, incrementando los costos generales de los proyectos.
Ante este panorama, la CMIC sugirió a que las empresas constructoras en México diversifiquen sus proveedores, sobre todo aquellos que no estén directamente afectados por los aranceles para asegurar un suministro constante y a precios competitivos.
Igual recomendó optimizar el uso de materiales mediante prácticas de construcción eficientes que reduzcan desperdicios y costos.
En el caso del acerco y el aluminio, a los que en su anterior gestión Trump también impuso aranceles, la CMIC se pronunció por el diálogo en torno del T-MEC, pues esos impuestos especiales perjudican no solo a México, sino también a las empresas y consumidores estadounidenses.
“Confiamos en que el Gobierno de México trabajará en una solución y reafirmamos nuestro compromiso de fortalecer la competitividad del país en el comercio internacional”, puntualizó el organismo.
(Jesús Mejía)