Mérida, Yucatán.- La escultura colonial de piedra “El Monifato”, que proviene de la localidad de Sisal, Yucatán, se encuentra bajo acciones de conservación y restauración.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán informó de las acciones de recuperación y salvaguarda.
La pieza forma parte del inmueble conocido como Casa del Monifato, patrimonio Histórico de Yucatán y Monumento Histórico por determinación de ley, por lo que es de interés general y orden público.
El director del Centro INAH Yucatán, Eduardo López Calzada, precisó que en la intervención de la escultura novohispana participan expertos restauradores del INAH para recuperar sus características originales.
Esta piedra tallada es uno de los pocos ejemplos de la estatuaria civil novohispana de Yucatán.
Se trata de una escultura antropomorfa que representa a un personaje masculino, aunque existe un debate sobre su simbolismo.
Sin embargo, es de manufactura y temporalidad similar a la fachada de la Casa de Montejo y de la Catedral de Mérida.
La restauradora Nancy R. Coronado Guajardo, de la Sección de Conservación y Restauración del Centro INAH Yucatán, explicó que el estado de conservación no es estable, debido a que se observaron dos grietas que parten del centro de la cintura y se dividen en dos direcciones contrarias.
También presenta erosión superficial asociada a procesos de disolución por la acción de la lluvia y posiblemente aerosoles marinos, teniendo como consecuencia la pérdida de la pátina y de una superficie heterogénea que se va desgastando con el tiempo.
Los trabajos llevarán de tres a cuatro semanas y consistirán en: registro inicial y final, consolidación de las grietas, limpieza (mecánica y química), resanes, reposición del fragmento de brazo, recubrimiento de protección para toda la escultura, retiro de planta superior y resane de junta.
Tanto el inmueble como la escultura son Monumento Histórico protegido por la federación.
En la casa colonial se observa una lápida de piedra grabada con caracteres romanos que nos da a saber sobre el propietario y del año en que fue establecida: “ES DE ANDE ORDUÑA Y DE SU MUJER DOÑA GERONIMA Y DE SUS (h)EREDEROS. MDLXXXV”.
Debajo de esta leyenda se puede ver un escudo que tiene como fondo un árbol, por encima cruzan dos lobos o zorros con las cabezas mirando a la izquierda, uno arriba del otro, las figuras se encuentran en alto relieve y la forma que delimita el escudo en bajo relieve.
(Con información de INAH)