Por Adela Mac Swiney González

San Sebastián, España.- Con el foco en uno de los temas más sensibles y desconocidos del conflicto vasco de la organización terrorista ETA, el de los encuentros entre asesinos y sus víctimas, con el perdón y la reconciliación, la cineasta española Iciar Bollain presentó hoy “Maixabel”, filme protagonizado por Luis Tosar y Blanca Portillo, que compite en la Sección Oficial de la edición 69 del Festival de Cine de San Sebastián.

En el segundo día del certamen, el público recibió la película con aplausos prolongados y con emoción, con lágrimas en los ojos. La undécima producción de Iciar Bollain, premiada por filmes como “Te doy mis ojos”, “También la lluvia” o “La vida de Rosa”, cuenta la historia de Maixabel Lasa, quien perdió en el año 2000 a su marido, Juan María Jáuregui, asesinado por ETA.

Once años más tarde, Maixabel Lasa, recibió una petición insólita: uno de los hombres que lo mataron pidió reunirse con ella en la cárcel de Nanclares de la Oca en Álava, en la que cumple condena tras haber roto sus lazos con la banda terrorista, a lo que ella accedió a pesar de las dudas y del inmenso dolor, al considerar que “todo mundo merece una segunda oportunidad”.

Maixabel Lasa, quien dirigió el servicio de Atención a Víctimas del Terrorismo del Gobierno vasco, se convirtió en la primera de estas víctimas en sentarse frente a frente con los asesinos de su marido: Ibon Etxezarreta y Luis Carrasco, interpretados en la película por Luis Tosar y Urko Olazabal.

En rueda de prensa en el Kursaal, sede del certamen, Bollain aseguró que “la película no solo toca el perdón, sino la posibilidad de redención, de arrepentimiento, pero también de comunicación, de entendimiento. Y es universal pues aunque se refiere, por supuesto, a ETA y a sus víctimas, la justicia restaurativa se aplica en casos de violencia extrema, también en delitos comunes”.

Explicó que había leído “sobrecogida” unas entrevistas con quienes participaron en los encuentros restaurativos entre las víctimas y los ex terroristas de ETA y después los productores Koldo Zuazua y Juan Moreno le propusieron a ella y a la guionista Isa Campos hacer la película, “lo que fue una

oportunidad de oro y de la mano de Isa me sentí más segura porque el tema es complicado, delicado”.

Al respecto, Isa Campos explicó que se trató de un trabajo de inmersión, de profundidad, duro porque se trataba de estar dispuesto a abrirte totalmente, de abrirse en canal delante de otros. “Es un tema muy doloroso pero contamos cn unos monstruos de la actuación que le han dado una verdad a todo lo que estábamos con un material maravilloso y con la generosidad de la gente que vivió los hechos que han inspirado esta película”.

Blanca Portillo, quien interpreta a Maixabel Lasa, reconoció que requirió tiempo para encontrarse con ella para preparar su papel. “Para conocer a Maixabel en persona, necesité tiempo, necesitaba tomarme las cosas con cierta calma, es un proceso distinto a como yo suelo hacerlo en otros casos, aquí la implicación emocional es tan grande, incluso tuve varias contracturas a lo largo del proceso de trabajo, muchos nervios, mucha angustia, fue una experiencia más que profesional, personal”.

Resaltó que “íbamos a tocar material muy sensible y de alguna manera se creó una atmósfera, había un claro compromiso de poner al servicio de esta historia lo mejor que teníamos y todo lo que llevábamos en los bolsillos. Afortunadamente Iciar ha hecho que todo el mundo brille y lata en la misma onda, hubo un contagio que llegó a los equipos técnico y artístico, pues la historia y lo que había debajo era lo que importaba”.

Por su parte, Luis Tosar indicó que al empezar a preparar la película, las comunicaciones eran telemáticas, pero “recuerdo que cada cierto tiempo nos invadía una tristeza muy profunda con todo lo que comentábamos, hay mucho dolor reflejado en esta historia y nosotros como actores es inevitable que lo sintamos, creo que de alguna forma todos nos sentimos constreñidos por la violencia de todos estos años”.

Añadió que se creó una especie de tensión muy mágica, se montó “una ceremonia” en equipo, una atmósfera muy especial “que yo jamás había vivido en ningún rodaje, sensación que prevaleció durante todo el tiempo y que demuestra, una vez más, que se trata de un tema absolutamente sensible”.

(LectorMx)