Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- Pese a ser uno de los sitios de mayor captación de turismo nacional e internacional, que registra hasta 10 mil visitantes los fines de semana, la zona arqueológica de Chichén Itzá no se encuentra a la altura de su inclusión como una de las Maravillas del Mundo.

No hay intención alguna de desprestigiar a uno de los portentos de la civilización maya, sino llamar la atención de las autoridades tanto del INAH como del gobierno del estado sobre una deficiencia que afecta la imagen no sólo del sitio arqueológico, sino de Yucatán.

Chichén Itzá carece de los servicios básicos adecuados para atender a los visitantes, como sanitarios limpios y suficientes y personal bilingüe en recepción y taquillas, entre otras deficiencias.

Comerciantes formales y guías de turistas del sitio expusieron a quien esto escribe serios problemas en los servicios y que los paseantes señalan con frecuencia como la insuficiente capacidad del estacionamiento, falta de limpieza en los baños, el sistema de doble tarifa (uno federal y otro estatal) y la ausencia de empleados que hablen inglés.

Debe ser penoso o vergonzoso para un anfitrión saber que los sanitarios, tanto los del parador como los del interior de la zona maya, están sucios y no alcancen en capacidad para la multitud de visitantes, sobre todo mujeres y personas con discapacidad.

Este problema de falta de adecuados y suficientes servicios será mayor ante el próximo equinoccio del 21 de marzo en el que se espera de 35 mil a 40 mil personas si las autoridades no cancelan el acceso con motivo de la pandemia.

Es penoso saber que en los días y periodos mayor afluencia, los turistas saturan los servicios sanitarios y son las damas las que demoran su uso, porque son insuficientes, aunado al hecho de que algunos que están fuera de servicio por inservibles.

Si usted que lee esto ha viajado a otros países, Estados Unidos, Canadá, España, Francia o Bélgica, no me dejará mentir que los servicios sanitarios son funcionales y limpios, y esto, por supuesto, constituye un valor agregado para el turismo.

La mentalidad burocrática, la indiferencia, el valemadrismo es una constante de los empleados estatales y en el caso de Chichén Itzá no se han dado cuenta que es el de los sitios arqueológicos más visitados del país.

Están matando a la gallina de los huevos de oro, a uno de los principales proveedores de divisas.

Cuando usted viaja a algún otro punto de interés y necesita hacer “una escala técnica”, encuentra que en los edificios municipales los servicios sanitarios están sucios, hediondos y en pésimas condiciones, situación que también se presenta en las gasolineras que condicionan el uso de los baños o los niegan, lo que proyecta una negativa imagen de Yucatán a los turistas que visitan el estado.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el gobierno del estado, vía la Agencia de Administración Fiscal de Yucatán (AAFY), reciben un dineral por los cobros de acceso a los turistas.

Los guías de turistas certificados por la Secretaría de Turismo federal son los oídos de las quejas de los visitantes a Chichén Itzá tanto por el problema de los baños y el doble cobro de tarifas (el del INAH y el de Cultur) como por la falta de personal bilingüe en las taquillas y en los mostradores, además de que no hay información a la vista en varios idiomas que detalle acerca de las tarifas de ingreso y las restricciones para la entrada.

A decir de dichos prestadores, no hay empleados que hablen inglés, ni mucho menos francés, italiano, alemán y japonés.

Otra queja corriente es por el asedio de los vendedores ambulantes que se encuentran en el interior del centro prehispánico, un añejo tema sin resolver.

También resulta absurdo que los custodios del INAH no tengan uniforme que los identifique como tales, pese a que son los que llaman la atención a los visitantes cuando se viola alguna disposición.

El estacionamiento –como se ha dicho– es insuficiente, siempre se encuentra saturado y el visitante tiene que dejar su vehículo en el poblado de Pisté.

Estos lastres son también similares en mayor o menor medida en Ek Balam, Uxmal, Mayapán y Dzibilchaltún.

Los responsables del INAH, Secretaría de Fomento Turístico de Yucatán, Secretaría de Turismo federal y la AAFY tienen la palabra.

(Foto: archivo)