Mérida, Yucatán.- Con una respuesta mediana de los empresarios locales, y con casi nula de las franquicias nacionales e internacionales, Mérida vivió un apagón a medias, pues la respuesta no fue la esperada.
A pesar de los constantes llamados de los empresarios e incluso de actores políticos que decidieron apoyarlos en su lucha para que Comisión Federal de Electricidad (CFE) les baje los cobros, la respuesta fue a medias.
Un recorrido por una de las zonas más activas a la hora que se realizó el apagón, entre las 19:00 y 20:00 horas (de 7 a 8 de la noche) mostró una pobre respuesta.
Para empezar, a esa hora, la mayoría de las empresas que no son del ramo de alimentos ya había cerrado su puertas. Sin embargo, muchas dejaron encendidos sus letreros luminosos. De los restaurantes activos, unos pocos apagaron sus luces, pero no faltaron los que simplemente, a pesar de ser un día “muerto”, trabajaron como si nada.
De los negocios de otro ramos diferentes al restaurantero, cuyos horarios son más amplios, salvo una farmacía que tenía apagado todo y sus empleados estaban afuera, las otras tenían encendidas las luces exteriores.
Bancos y empresas de telefonía no bajaron el “switch”, por cuestiones de seguridad y otras tantas empresas de ramos como muebles de oficina, jugueterías y decoración tenían encendidas las luces como si nada.
En ese tenor -de no apagar la luz- estuvieron las grandes firmas comerciales sobre todo internacionales, salvo las de comida rápida que en su mayoría apoyaron la moción de los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Yucatán.
La única zona de prolongación Paseo de Montejo que se vio “pareja” en la protesta fueron las concesionarias de automóviles. Todas apagaron sus luces y sólo hubo una que, como forma de llamar la atención, dejó algunos vehículos con luces de estacionamiento encendidas.
En plazas comerciales como Gran Plaza o Galerías, el funcionamiento fue casi al 100 por ciento; sólo en el área de restaurantes hubo algunas manifestaciones a favor del apagón. Unos cuantos negocios hicieron su parte, pero la mayoría permaneció sin cambio, como un día normal.
Entre las respuestas más “contundentes” estuvo sin duda la del áreas de Canirac en Xmatkuil: a pesar de ser uno de los eventos más importantes, que recibe muchos comensales durante los más de 20 días que dura la feria, los socios apagaron sus luces.
Tambíén en el Centro de la Ciudad la respuesta fue un poco más intensa que el resto de la ciudad, en parte porque los edificios públicos bajaron el interruptor; los comercios, sobre todo por fuera, también apagaron la luz. También fuentes y monumentos, como el de la Patria, quedaron solo con la luz que les “llegaban” de los vehículos.
Por seguridad, las autoridades no dispusieron del apagado del alumbrado público, lo que tampoco ayudó mucho a ser “visible” el apagón.
En el interior del Estado, el apagón pasó aún más inadvertido que en la ciudad de Mérida.