En el espacio hay vida.
Y no estamos hablando de seres con la cabeza más grande y dedos alargados.
Tampoco viven a miles de años luz de la Tierra, sino a unas tres horas y media de vuelo espacial y conviven con los humanos.
De acuerdo con la Nasa, el proceso de cultivar zinnias en el espacio ayuda a los científicos a entender cómo crecen las plantas en microgravedad.
También sirve para entrenar a los astronautas a ser jardineros autónomos en futuras misiones al espacio profundo.
En el pasado, los astronautas habían logrado cultivar lechuga. Una tarea fácil en comparación con estas flores.
“La planta de Zinnia es muy diferente a la lechuga”, explicó Trent Smith, director del proyecto Veggie, en el sitio de la Nasa.
“Es más sensible a parámetros ambientales y características de luz. Tiene una duración más larga de crecimiento, entre 60 y 80 días, por lo que es difícil de cultivar; lo que la hace una buen precursora de una planta de tomate”, aclaró en el sitio de la Nasa.
El camino para que estas plantas dieran flor no fue fácil.
En diciembre pasado, Kelly anunciaba a Tierra que “no se veían muy bien”.
El problema estaba en que hasta ese momento, su cuidado estaba en manos del equipo en Tierra.
“¿Saben algo? Creo que si vamos a ir a Marte, y debemos cultivar, nosotros seríamos los responsables de decidir cuándo cada cosa necesita agua”, sugirió el comandante.
“Un poco como en el jardín de mi casa. Lo veo y digo ‘debería regar el césped hoy’. Creo que así es como lo deberíamos manejar”.
(BBC Mundo)