Mérida, Yucatán.- En tímidos resplandores quedó el fenómeno de luz en la zona arqueológica de Dzibilchaltún, en el inicio de la primavera maya.
Unas dos mil personas, casi la mitad de ellas con boleto pagado, se dieron cita en el sendero que conduce al edificio de Las Siete Muñecas, en cuyo portal central el Sol no pudo manifestarse a plenitud.
Los efectos del mal tiempo que prevalece sobre la Península de Yucatán frustraron la esperada energía que irradia en el equinoccio.
Aun con los pronósticos adversos, difundidos con anticipación, el evento anual congregó a centenares de turistas nacionales y extranjeros, atraídos por este atractivo que en la antigua civilización que pobló estas tierras marcaba el inicio del período de siembras.
La expectación con la que llegaron los invitados a Dzibilchaltún, a unos 16 kilómetros al norte de Mérida, quedó opacada por los nubarrones del clima adverso.
Un ligero atisbo de rayos solares se tuvo alrededor de las 06:15 horas, aunque muy lejano de la plenitud requerida para el espectáculo luminoso.
Sin embargo, los ánimos se mantuvieron encendidos entre los asistentes, ya que en esta ocasión se celebró una carrera de 10 kilómetros que partió del acceso del parador turístico, hacia la comisaría aledaña de Dzibilchaltún.
Este innovador festejo compensó en parte la ausencia del Sol y concluyó con un festival de jarana en la plaza de la localidad ya mencionada.
Los ganadores de la Carrera del Equinoccio 2016, fueron:
El primero en cruzar la meta fue Irving Villafaña, con un tiempo de 16:03 minutos, seguido de Dino Castro, con 17:44 minutos, y José Palma, con 18:04 minutos.
En femenil, Jéssica López ocupó la primera posición al cronometrar 20:15 minutos; Gabriela Hernández, el segundo lugar, con 21:05 minutos, y Sandra Padilla, el tercero, con 21:58 minutos.
Al término del evento deportivo, comenzó la Magna Vaquería que reunió en el parque principal de la localidad a más de 500 jaraneros, quienes ataviados con sus trajes regionales, demostraron sus mejores pasos de baile.
