¿Fidel Castro no fue un valiente?, preguntamos a Andrés Oppenheimer.
“Yo creo que una persona que gobierna durante 57 años y no permite una elección libre no es un valiente. Me pregunto: ¿lo es quien no permite un medio de difusión o partido político independiente en su país, quien no permite que los organismos internacionales visiten su país y estudie su economía, como se hace en muchas naciones, y saquen cifras alegres sin que nadie las confronte?”, responde el escritor.
“¿Eso es un valiente? Yo tengo mis dudas”, agrega el argentino ampliando la información de su reciente columna sobre el mandatario cubano en el Miami Herald.
Oppenheimer visitó Mérida para ofrecer una conferencia magistral y presentar su libro “Crear o morir” dentro del Business Innovation Market (BIM) Yucatán en el Centro de Convenciones Siglo XXI. El evento concluye mañana con proyectos de emprendimiento, talleres y charlas.
A la muerte de Castro, “Cuba sigue siendo una dictadura. Las cosas en el país suceden muy despacio y no me extrañaría que este régimen aguante, por lo menos, hasta que Raúl Castro abandone el poder en 2018”.
“Yo no veo transformaciones inmediatas pero creo que se van a gestar. No hay ninguna dictadura que dure mil años y Cuba no va a ser la excepción”, explica.
Sobre el futuro de México en relación con Estados Unidos, indica que “depende del Donald Trump que va a gobernar. Si va a ser el impresentable de la campaña o el sensato del final, el que habló al telepronter la noche de su elección”.
“Pero a mediano y largo plazo, su futuro (de México) se relaciona con la capacidad del país de innovar, mejorar sus estándares educativos, científicos y tecnológicos”.
Durante la conferencia que brindó, a la que asistieron políticos como Dafne López, Nerio Torres, Adolfo Peniche y empresarios como Enrique Guillén Mondragón, presidente nacional de Canacintra, resaltó que Latinoamérica debe hacer de la educación una cultura familiar y no dejárselo sólo al gobierno.
“Hace 50 años, Japón y Hong Kong eran sociedades mucho más corruptas, violentas e inertes que México. Las culturas se pueden cambiar relativamente fácil. Si se puede modificar el hábito de fumar con campañas mediáticas, ¿cuánto más fácil se puede hacer con respecto a la cultura y la educación?”
“No estamos biológicamente condenados a no prestarle atención a la educación”, añade.
“En nuestras sociedades se venera al futbolista, al cantante pero el chico que gana la Olimpiada de Matemáticas, lo dejamos en la sección de cultura del periódico”.
“La calidad educativa tiene que convertirse en una obsesión nacional, como lo hay en muchos países asiáticos. Todos los políticos invierten en lo que sale en la foto, pero el perfeccionamiento de profesores, que son inversiones a 20 años, no lo hacen”.
“Para que esto ocurra, tiene que haber una enorme presión social desde abajo. Los grandes innovadores no surgieron con apoyo gubernamental sino porque se estrellaron veinte veces contra la pared”, detalla.
De acuerdo a Oppeneheimer, en los países latinoamericanos condenamos el fracaso en lugar de aprender a él, y no entendemos que un gran logro viene después de muchas fallas.
“Crear o morir” ya está en las librerías a un precio promedio de $290.
(María del Mar Boeta)