Mérida, Yucatán.- Pese a la importancia de la polinización en el desarrollo de la agricultura y en particular en la producción de alimentos, hay una disminución alarmante de las poblaciones de abejas y de insectos polinizadores en el mundo.
Lo anterior fue advertido por expertos en el cultivo y producción de la miel reunidos en los trabajos del Primer Foro Yucatán Orgánico Agroecológico Libre de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) ante especialistas y académicos de diversos centros de investigación.
El director de la Sociedad Cooperativa Miel Mexicana Volcán Popocatépetl, Luis Enrique Castañón, indicó que la mortandad se da principalmente al este de Estados Unidos, Brasil, noreste de Europa, Australia e Indochina, que coincide con el mapa de utilización de transgénicos y agroquímicos actualmente prohibidos
El experto planteó también como factores de la desaparición de colmenas el crecimiento de la mancha urbana, de las grandes industrias y de la agricultura intensiva, además de la aplicación de insecticidas, pesticidas y transgénicos.
Ante centenares de personas, el experto lamentó la situación dado que la polinización propicia un tercio de la producción mundial de alimentos y en México, donde existen unas mil 800 especies de abejas, añadió, aporta más del 40 por ciento de la producción de cítricos y 284 aguacates tipo Hass por cada cinco cultivados por el hombre.
Señaló que los responsables principales de las muertes de las abejas son los pesticidas sistémicos o neonicotinoides. El polvo generado al arar o la dispersión de polen obliga las abejas al contacto directo con la neurotoxina, que afectará a su longevidad, fecundidad y resistencia, precisó.
Los pesticidas más comunes en la actualidad son los neonicotinoides y el fipronil comercializados desde mediados de los años 90 con una cuota de alrededor del 40 por ciento del mercado mundial. Otros compuestos comunes incluyen acetamiprid, clotianidina, imidadoprid, dinotefuran, nitepyram, nitiazina, tiadoprid y fipronil.
En el foro que se realiza en el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, expuso que en México se utilizan 186 plaguicidas peligrosos que contienen sustancias cancerígenas que están prohibidos en Europa. Expuso que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tiene autorizados, según su base de datos, 782 ingredientes activos usados como plaguicidas.
Sin embargo, añadió, los datos precisos sobre el uso de plaguicidas, su cantidad y el lugar donde se aplican “siguen siendo una información confidencial de las empresas que lo comercializan, no hay un registro de uso de acceso público”.
Otros ejemplos de plaguicidas altamente peligrosos no autorizados en la Unión Europea son el insecticida carbofuran, un perturbador endocrino y de alta toxicidad para las abejas.
Son las transnacionales que dominan el mercado mundial, entre ellas Bayer, BASF, Syngenta y Monsanto, más algunas empresas mexicanas como Agricultura Nacional, indicó
“No se reconoce el grave peligro de salud pública y ambiental que ocasiona su libre uso y esto se va agravar con la idea de promover más los cultivos genéticamente modificados tolerantes a herbicidas como soya, tolerante a glisofato, o maíz transgénico tolerante al herbicida glisofato y o glufosinato de amonio”, advirtió.
Los plaguicidas afectan agricultores y trabajadores del campo ya que estos últimos son los que están en contacto directo con esas sustancias químicas al aplicarlas a los cultivos. Sus familias, en particular los niños y los lactantes, también están expuestos a estos químicos, resaltó el especialista, quien sugirió como medidas para contrarrestar esta situación el fomento de productos orgánicos y los policultivos.
(Jesús Mejía)