Mérida, Yucatán.- La Reserva de la Biosfera Ría Celestún, el santuario de flamingos de 81 mil  hectáreas que comparten los estados de Yucatán y Campeche, se encuentra amenazada por el acelerado y desordenado crecimiento de la población ribereña, los conflictos entre grupos de pescadores, la sobreexplotación pesquera y la alteración de los flujos de agua dulce.

En un análisis detallado, la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) advierte también que la basura o desechos sólidos, unos  600 kilogramos al día, son esparcidos alrededor del afluente por la población local y los turistas que llegan a la zona.

Otro factor que pone en riesgo el entorno natural de la reserva federal son los restos derivados del procesamiento de productos pesqueros, particularmente el fileteo de la pesca del chinchorro playero y del desembarco, que son fuente de proliferación de moscas, aunado al hecho de que en el 41 por ciento de las viviendas del área urbana de Celestún registra fecalismo al aire libre.

Para la comunidad de Celestún, esta práctica carente de toda higiene representa un foco de infección de alto riesgo, en especial por eventual cólera y rotavirus, así como por la generación de mosquitos durante todo el año. Desde el punto de vista estético para el turismo tanto nacional como extranjero, representa un paisaje desagradable, se indica en el diagnóstico.

Además, el no contar o no respetar una ruta durante el recorrido turístico incide en el comportamiento de las parvadas de flamencos, ya que es común que los lancheros con el pretexto de presentar un mejor escenario a los visitantes provoquen el vuelo de las aves mediante ruido o acercándose demasiado a esas poblaciones.

Pese a todo ello, la dependencia federal señala en su análisis que la vegetación de la duna costera, como los manglares, petenes, la sabana y selva baja inundable se encuentran en excelente grado de conservación.

1-112Gracias a esa variedad ecosistémica, en el lugar se han registrado 304 especies de aves entre residentes y migratorias, constituidas por ejemplares de costa y pantanos como garzas, patos, gaviotas, fragatas y especies provenientes de Estados Unidos y Canadá.

Al respecto, el secretario estatal de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro, planteó que los flujos de agua dulce y el contacto con el agua salada conforman un delicado equilibrio en el que conviven una gran diversidad de flora y fauna, por lo que llamó a la población local y a los visitantes a cuidar, respetar y preservar el entorno natural.

El 27 de noviembre del año 2000 el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto por el cual se establece con el carácter de Reserva de la Biósfera la región conocida como Ría Celestún. Antes, la reserva fue declarada Zona de Refugio Faunístico con el propósito de proteger al flamenco rosado y a la gran diversidad de aves residentes y migratorias.

1-113( Jesús Mejía)