Mérida, Yucatán.- La migración extranjera a Yucatán, que en la primera década de este siglo creció un 92.1 por ciento,  trajo consigo un mayor dinamismo económico social y cultural en el estado, sobre todo la estadounidense, canadiense y libanesa.

La investigadora Claudia Dávila Valdez, del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi”, sostuvo lo anterior, durante el V Coloquio de Ciencias Sociales, en el que recalcó que la presencia extranjera en Yucatán ahora no ha sido tan significativa como fue a principios del siglo XX.

Para el 2010, según el Censo de Población, los extranjeros en Yucatán representaban sólo el 0.35 por ciento del total, lo que implica un incremento con respecto de 2000, quienes representaban entonces el 0.21 por ciento y en 1990 el 0.14.

El crecimiento porcentual de Yucatán como receptor de población extranjera entre el 2000 y el 2010 fue del 92.1 por ciento, de suerte que la llegada de estadounidenses creció un 68 por ciento y la de los europeos un 53 por ciento.

Indicó que el dinamismo social, económico y cultural de la presencia de estadounidenses y canadienses, así como de europeos se refleja en la mejora de los inmuebles adquiridos en el Centro Histórico de la ciudad de Mérida, lo que ha provocado un incremento del valor tanto de los mismos como de su renta.

De igual manera, agregó en su ponencia titulada “Inmigración extranjera en Yucatán y su impacto en la sociedad yucateca”, que el movimiento cultural se ha reflejado en una apertura mayor de galerías y centros de arte, además de una mayor integración a las actividades culturales y artísticas de la ciudad.

Mencionó que existe una tendencia de las clases medias de países industrializados que deciden irse en forma individual al extranjero por temporada o de forma permanente, con el fin de encontrar una vida más significativa y relajada, lo que implica un movimiento de países ricos en dirección a países con menos desarrollo donde los costos de vida son menores y el clima es más agradable, que se denomina “lifestyle”.

Recordó que a principios del siglo 20 ocurrió un auge de la migración de origen extranjero, que llegó a alcanzar alrededor del 5 por ciento del total de la población, sobre todo de españoles, libaneses, cubanos, chinos, coreanos, etcétera, importancia numérica que nunca ha vuelto a tener lugar en la historia de la entidad.

Mencionó que los coreanos llegaron juntos en un barco a mediados de 1905 a Yucatán para trabajar como jornaleros, pero no pudieron establecer redes sociales ni consolidar un capital social como estrategia de organización. En el caso de los libaneses, citó que fueron atraídos por la bonanza económica y el éxito de sus paisanos ya establecidos en la región.

Los coreanos llegaron por interés de los hacendados yucatecos para trabajar como jornaleros en las haciendas henequeneras, y dado que fueron hombres se dispersaron o propiciaron el mestizaje con mujeres yucatecas.

Los libaneses, a diferencia de los primeros, propiciaron procesos de integración social civil y económica.

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