Mérida,Yucatán. – “El hambre agudiza el ingenio”, reza un dicho popular y vaya que es verdad, ya que en uno de los tianguis más populosos de esta ciudad de Mérida, fue posible encontrar un artesano que elabora juguetes y adornos con latas de aluminio desechable.
Mientras que la industria de bebidas embotelladas aprovecha los envases de aluminio de desecho para reciclarlos y reutilizarlos, existen personas como Humberto Gómez Velasco y Luisito de Canul que reutilizan este residuo metálico para elaborar un sinfín de figuras.
Son los hombres de hojalata, los que recogen latas de aluminio, no para pepenar y revender como material reciclable, sino para reutilizarlas y para ello, dijeron, se requieren que no estén aplastadas o arrugadas, sino que estén en buen estado.
Sin más límite que la imaginación, Gómez Velasco, de origen chiapaneco, y su amigo yucateco han sumado habilidades como artesanos para crear flores con sus hojas y su base, plantas y muchos objetos más elaborados con aluminio, sin utilizar pegamento, soldadura o algún otro material sintético para juntar y piezas o unir pliegues.
De una sola lata de algunas de las marcas embotelladoras de bebidas carbonatadas y gaseosas, Humberto elaboró una motocicleta, con sus ruedas trasera y delantera, manubrio y asiento, todo con la capacidad de recreación y habilidad de sus manos
Según el tipo de figura es la complejidad de su elaboración, por lo que puede dilatar de 20 minutos a dos horas por lata, comentó el artesano chiapaneco, quien mostró sus manos con estrías y llagas como huellas por las rozaduras del metal aluminio, al cual le da forma en un espacio del tianguis de la colonia Bojórquez.
Indicó que sus trabajos y creaciones las vende a precios módicos de 15 a 50 pesos y para ello busca un espacio en algunos de los tianguis de la ciudad de Mérida para vender y lograr el sustento para su familia.
Otro artesano que sorprende a los consumidores es José Macías, quien a partir olotes de maíz, el residuo de la mazorca, le da forma a figuras de los comics japoneses y luego utiliza colores vegetales para darle sentido y atractivo visual, con buena aceptación entre los jóvenes.
Se trata de un producto con material orgánico biodegradable, sin ningún tipo de aditamento de plástico, que se puede colocar en pasteles, resaltó su artesano, uno de los talentos escondidos en los tianguis de Mérida.
(Jesús Mejía)