Mérida, Yucatán.- En el último año, en Mérida han ocurrido “entre 8 y 10 eventos” de alta contaminación, es decir, que los niveles han rebasado la norma permitida, según mediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).

Se han identificado tres fuentes “grandes” de contaminación, con base en los monitoreos de los expertos de la Facultad de Química, encabezados por el maestro Daniel Rosas Sánchez:

  • Las quemas
  • El polvo del Sahara
  • Humo de los vehículos

Lo que más preocupa ahora, tras detectar estas mediciones, es que las llamadas partículas suspendidas en el aire -tan pequeñas que entran por la nariz, se alojan en los pulmones e incluso, en la sangre-, pueden permanecer por muchas horas en un nivel que hace a los yucatecos respirarlos por varias horas, sobre todo durante la madrugada y mañana.

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Así, la mayoría de los meridanos respira, mientras duermen, miles de partículas cuyo daño a la salud es aún incalculable; sin embargo, algunas líneas de investigación de expertos del Ciencias de la Salud hacen pensar que muchos de los problemas respiratorios que miles de yucatecos experimentan por la mañana no es por la famosa “humedad”, sino por la contaminación.

Lo que ocurre, según explica el experto, es que es durante la noche hay menos circulación de aire y las partículas se mantienen largo tiempo suspendidas en niveles muy bajos lo que, sin saberlo, nos obligan a respirarlas.

Rosas Sánchez es director de laboratorio montado por el Centro de Ciencias de la Atmósfera y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que funciona en la Facultad de Química de la Uady. Está dividido en dos partes:

  1.  Área de alta tecnología, con aparatos de medición de últimas generaciones, que se compraron con recursos federales
  2. Área “hechiza”, integrada con equipo de varios investigadores.
Contaminación del aire

A través de un programa computacional los expertos de la Uady grafican los niveles de contaminación del aire.

En lo que se refiere a la medición de gases, como ozono, dióxido de carbono, el experto asegura que Mérida, “está bien”, o al menos eso es lo que arrojan los aparatos medidores. Sin embargo, aunque admitió que algunas sustancias peligrosas como plomo o azufre han disminuido, eso no implica que no haya, pues tal vez se requieran estudios de otros tipos para detectarlas; los aparatos que ellos tienen marcan “0” en estos contaminantes.

De hecho, también comentó que aunque la calidad del aire en Mérida puede considerarse, en general, buena, tampoco hay garantía de que estamos teniendo las mejores prácticas, porque la contaminación que estamos generando se va hacia otros lugares que aún no se han podido determinar.

El alcance de la medición del laboratorios es escasa, porque se basa obviamente en las corrientes de aire que les llegan, casi siempre del sur-sureste. Sin embargo, una medición en el norte de la Ciudad puede ser diferente.

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Dijo que la norma marca que una ciudad d 500 mil habitantes -cifras que Mérida rebasó hace muchos años- debe tener una red de monitoreo de contaminantes en el aire y la red no existe hasta ahora.

Lo ideal es que sean 4 estaciones de monitoreo por punto cardinal y también uno en el Centro. Buscan también una unidad móvil que puede desplazarse hacia algún punto en donde se pretenda hacer un monitoreo o donde se detecte actividad que pueda ser contaminante del aire.

Maestro Daniel Rosas Sánchez

Daniel Rosas Sánchez muestra cómo funcionan los aparatos que captan los contaminantes del aire.

La información que el laboratorio obtiene se utiliza para trabajo académico de la Uady y las otras organizaciones que colaboraron para montar el laboratorio. Desde hace dos años, el monitoreo les ha revelado datos como esos días en que se han detectado alta concentración de partículas en el aire.

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Por lo pronto, la investigación tiene que derivar en varias vertientes porque la calidad del aire es buena en Mérida, pero no significa que haya buenas prácticas.

¿Y el Programa de Gestión para la Calidad del Aire (Proaire)?

En octubre pasado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) recordó que el Gobierno federal entregó recursos para que Yucatán conformara el Programa de Gestión para la Calidad del Aire (Proaire), y que estaba en elaboración.

Se contrató un grupo consultor para elaborar un diagnóstico de la situación actual de la calidad del aire en todo el Estado, a través del inventario de emisiones contaminantes de la industria, transporte y empresas de servicios.

Aparatos de monitoreo de contaminación

El equipo de medición de contaminantes se encuentran en el techo de la Facultad de Química de la Uady.

Según el delegado de la dependencia, Carlos Berlín Montero, se estaba haciendo una “revisión sobre las tendencias de las concentraciones de los contaminantes” como ozono (O3), dióxido de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOX) y monóxido de carbono (CO2), además de las partículas suspendidas en el aire (PM 2.5 y PM 10).

La medición de estas sustancias corre a cargo del Gobierno del Estado; sin embargo, esa medición no sólo no se realiza en todo el Estado, sino que la medición sólo se hace en un punto específico de Mérida: el Centro, y la información que arroja no puede “generalizarse”.

Gobierno, sin dinero para medir contaminantes en todo el estado

Francisco Vivas, jefe de Calidad Ambiental de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), dijo, en entrevista, que la estación de monitoreo que tienen en el techo de la Secretaría es la única no sólo de Yucatán sino de la región Sureste el país.

Explicó que la falta de recursos no ha permitido la instalación de estaciones de monitoreo en los 4 puntos cardinales de Mérida, que sería lo ideal, tal como también señala el experto universitario.

También coincide con la Uady en que el mayor problema de Yucatán son las llamadas partículas suspendidas en el aire; sin embargo, asegura que en el Centro de Mérida, que es la zona en donde tienen validez sus mediciones, los índices están debajo de la norma.

En el corazón de Mérida, también se registra el Monóxido de Carbono, sobre todo a mediodía, cuando la actividad de la zona se incrementa por el uso extendido por varias horas del transporte público, que entra y sale del área. Entre 7 y 8 de la mañana también se nota mayor contaminación.

Desde 2012, cuando iniciaron el monitoreo, el nivel de partículas suspendidas en el aire se ha incrementado; “la norma marca el tope en 11, nosotros registramos ahora 6.5, pero empezamos con 5”, explicó.