Mérida, Yucatán.- Directa, sin andar entre las ramas, Bárbara Fox, yucateca, se autodefine como  un artista versátil, polifacética y polémica por ser transexual.

En entrevista, explica por qué cambió de sexo: “Nací como mujer atrapada en el cuerpo de un hombre; era un niño que soñaba con ser niña y perseguir sus sueños y gracias a Dios lo he logrado: invertí mi dinero para ser transexual, para cambiar de sexo”.

Dice ser yucateca, tener “más de 40 años”, quizás cerca de los 50, ya que dijo haberse sujetado a una cirugía para cambiar de sexo hace cerca de tres décadas, que le permiten reiterar: “Soy feliz y realizada. Por fin soy mujer en cuerpo de mujer.

Comenta haber conocido a un buen cirujano que le practicó una vaginoplastia. Y explica: “No se extirpa el miembro; con el mismo pene se trabaja; se abre como un plátano, se quita lo de adentro y queda la cáscara, la piel, con la cual se hace la vagina, los labios, el clítoris y todo”.

“En mi caso, quedó muy parecido, muy idéntico a una vagina”, sostiene sin tapujos quien de niño se llamaba Leonardo y ahora adopta con su sexo femenino el nombre de Bárbara Fox.

“Soy una dama que tuvo el valor, los ovarios para hacer lo que muchos no se atreven a hacer. Eso fue hace como 30 años más o menos. Fue difícil, pero necesario. No quería ser mujer con queso de barra; quería ser mujer con queso de bola. Me veo ahora en el espejo; estoy fascinada con mi imagen; los senos se lograron gracias al tratamiento hormonal y psicológico”, dice en su propia autodescripción.

Como tal, expuso haber desarrollado una carrera artística en el cine, teatro de revisa y televisión en la Ciudad de México al lado de reconocidos actores y actrices como Carmen Salinas, Alfonso Zayas, Maribel Guardia, el “Caballo” Rojas y otros.

Afirma haber conocido el amor con un hombre, cuya relación terminó y ahora se encuentra de regreso en su tierra natal, Yucatán, para continuar su existencia.

De esta manera, Bárbara Fox  comenta que ha vivido no sólo como artista del espectáculo, sino como un transexual que declara abiertamente su condición con el único fin de que se reconozca su derecho a formar parte de una sociedad sin exclusiones ni discriminación alguna.

“Me gustaría que me valoren, pero ser transexual es un estigma, ya que muchos se van al género y no al trabajo, a la trayectoria. Ese es mi destino. No lo puedo ocultar. Soy orgullosa de lo que soy. Yo no tengo la culpa de ser quien soy, me hubiera gustado ser una mujer normal”, exclama la también actriz, cantante y bailarina.

Informa que en Yucatán se ha abierto paso para participar en diversos festivales culturales y puestas en escena de teatro, y señala que recién participó en un cortometraje sobre la exclusión y la discriminación sexual, patrocinado por el Ayuntamiento de Mérida.

“A pesar de que tengo 40 años de vida artística, no se reconoce mi trabajo, mis esfuerzos”, señala en la entrevista Bárbara Fox, quien para efectos legales posee el nombre de Andrea Morena y define su futuro: “Seguiré picando piedra… Nadie es profeta en su tierra. Voy a luchar para ser reconocida como persona, como ser humano”.

(Jesús Mejía)