La democracia otorga a cada uno de los hombres el
derecho a ser el opresor de sí mismo
James Russell Lowell

Julian Santiesteban

La resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que posibilita a una ciudadana naturalizada mexicana para contender por cargos de elección popular en Quintana Roo sienta un precedente con un impacto profundo en el futuro de Quintana Roo como entidad federativa, pero los alcances son nacionales, pues ahora podrán representar a los mexicanos, personas cuyo origen no es siquiera el país.

No es el propósito del escribiente desestimar el derecho a ser votados que tienen los que han decidido nacionalizarse, menos aún en ciudades como Cancún, con poco más de ochocientos mil habitantes, la mayoría de ellos inmigrantes procedentes de diversas partes del país y del mundo; pero lo cierto es que la máxima autoridad electoral deberá valorar cada caso que se presente, pues en un país que tiende siempre a los excesos, que ocurran es más que posible. ¿se imagina el lector que los hoteleros españoles, por mencionar sólo un caso, decidieran postular a sus propios candidatos en los lugares donde tiene inversiones? Los centros turísticos de todo el país están ahora en esa posibilidad.

Por cierto, la medida adoptada por la Sala Xalapa del TEPJF pudiera representar la solución a la disputa que mantienen los partidos Encuentro Social (PES), del Trabajo (PT) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), por las candidaturas de los procesos federal y local, pues la beneficiada fue Niurka Sáliva Benitez, de origen cubano, esposa del dirigente del PES, en caso de que le asignen alguna candidatura a diputación federal o sea integrada en alguna posición relevante en la planilla que encabeza Mara Lezama por la alcaldía de Benito Juárez.

Pero regresando al punto; la resolución del Tribunal es efectiva exclusivamente para Sáliva Benítez, pero sienta un precedente importante para todas las entidades del país en donde las comunidades de inmigrantes son numerosas y, además, muchas de ellas bastante activas; por ejemplo, la comunidad italiana en la Riviera Maya desde hace algunos años se involucra en el acontecer público, seguramente encontrará en la determinación del TEPJF una vía para buscar su representación.

En el norte de la entidad es posible, los distritos electorales locales están concentrados ahí, pero ¿cómo encontrar equilibrios en el sur, con tan sólo tres distritos y en donde la Costa Maya es ya una de las principales fuentes de recursos del municipio capitalino Othón P. Blanco? ¿cómo negar el derecho a tener sus representantes? El alegato de siempre es que los representantes populares enarbolan las agendas de todas las regiones que les corresponden, pero evidentemente eso no ha ocurrido. Todo lo anterior es apenas un esbozo, pero el impacto de la determinación es profunda situaciones similares se presentarán en todo el país; de nuevo, no se trata de negar el derecho de nadie, pero será importante no permitir excesos ¡vaya puerta que abrió el Tribunal!

COMENTARIO MORBOSO

El silencio del alcalde de Benito Juárez, Remberto “Remby el maduro” Estrada, con respecto a su intención de reelegirse, revela más temor que estrategia, en un entorno en el que le será difícil ratificar su permanencia en la presidencia municipal, pues los contrincantes le han crecido en número y poderío, y su fortaleza pareciera estar fundada en las despensas repartidas, más que en los resultados logrados en su gestión, dado que gubernamentalmente ha sido rebasado por la violencia desatada en su municipio, como nunca antes en la historia de Quintana Roo.

Pero el silencio deberá terminar en la semana que inicia, pues los tiempos electorales lo obligan a definirse y, dado que solicitó licencia a la diputación federal para contender a la alcaldía, la opción que le queda es buscar competir por la senaduría, pero ahí las posibilidades también son limitadas. El desplome del alcalde muy probablemente vendrá aparejado del derrumbe de su partido a nivel nacional, por ello no es sencilla la decisión a tomar; es como saber que se va a morir y se tiene que escoger la manera; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.