Mérida, Yucatán.- Más allá de representar un posible “desastre ecológico”, el sargazo constituye un insumo de gran potencial para la agricultura, un abono para cultivos, con rendimientos superiores a la fibra de coco, aseguró la investigadora Candelaria Isabel Pérez Martín.

La responsable del Laboratorio de Morfofisiología del Banco de Germoplasma del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) resaltó los contenidos de sustrato para cultivos hidropónicos de las macro algas que hoy mantienen ocupadas en su traslado y confinamiento a las autoridades de la Península.

Remarcó las ventajas comparativas del sargazo a partir del estudio y análisis de los materiales orgánicos regionales con el fin de potencializar su uso en el cultivo de plantas, y refirió su tesis sobre el tsitsilché (Gymnopodium floribundum), la fibra de coco y el bagazo de henequén.

La maestra Pérez Martín reveló que en estos trabajos se detectó que los materiales orgánicos que mejor rendimiento obtuvieron fueron el tsitsilché y el sargazo. Éste último, dijo, cuenta con muy buenos contenidos de nitrógeno, fósforo y potasio, que son esenciales para el crecimiento de las plantas.

El sargazo como sustrato reduciría costos en los cultivos, además de brindar elementos nutritivos a la planta, pues cuenta con las propiedades físicas adecuadas como porosidad, porcentaje de aireación y retención de agua, factores necesarios en el cultivo.

“El rendimiento del sargazo es similar, e incluso superior, a la fibra de coco, ampliamente utilizada para cultivar plantas, por lo que sus aplicaciones como sustrato podría orientarse a cultivos hidropónicos, macetas o como abono, combinado con otros materiales, puntualizó.

La yucateca indicó que también se realizaron cultivos de lechuga y flor de crisantemo con sustrato de sargazo, ambos con un excelente resultado. Incluso, mencionó que en Yucatán dichas macro algas fueron empleadas por algunos productores que cultivaron cilantro de forma exitosa.

Potencialmente es también una fuente de nitrógeno para mejorar nuestro suelo para cultivo o realizar biofertilizantes.

“Se recomienda lavarlo muy bien, dejarlo secar de dos a tres días y realizar mezclas en proporciones de 2 a 1 de tierra con sargazo”, explicó.

(Jesús Mejía)