Mérida, Yucatán.- Cuando no es todavía un hecho y, por ende, no asume el cargo, surgen protestas contra un exfuncionario de la administración de Ivonne Ortega Pacheco, por su posible nombramiento como subdirector de Salud Mental de Yucatán.

Arsenio Rosado Franco no es bien visto por varias organizaciones no gubernamentales (ONG), que lo acusan de anomalías e irregularidades durante su gestión como director del hospital psiquiátrico “Yucatán”, entre 2007 y 2013.

Pero entre los inconformes también hay funcionarios, en este caso federales, como Virginia González Torres,  secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental (Consame), un organismo dependiente de la Secretaría de Salud.

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“Es una burla para todos los luchadores de los derechos humanos (…) y lo más afectados son lo usuarios” (…) era el único que gozaba de aire acondicionado, mientras que los usuarios (pacientes) estaban aislados, encerrados, sin agua para beber, sin mosquiteros, y la escasa comida era servida, toda junta, en un mismo plato”.

Según González Torres, la “investigación científica” de Arsenio Rosado no era “protocolaria” y violaba las leyes y derechos humanos de los internos porque no había comité de ética y no había consentimiento de los pacientes, a quienes usaba como “conejillos de indias” para probar nuevos medicamentos.

Consideró que el nombramiento del exdirector del psiquiátrico como nuevo subdirector de Salud Mental sería un retroceso porque los pacientes reciben “un trato digno, tienen oportunidades de pasear y divertirse, oportunidades que antes no tenían”.

Advirtió de que el eventual nombramiento de Rosado Franco arriesga el llamado “Modelo Miguel Hidalgo” de atención a la salud mental. Como parte de este modelo, actualmente se construyen las “villas de transición hospitalaria” en las que se invierten  146 millones 876 mil 458 pesos.

ONG rechazan al psiquiatra Arsenio Rosado como funcionario

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Por su parte, Valentina Báez Patiño, de la fundación “Sonríe, estás vivo”, acusó a Rosado Franco de permitir que “a todos los pacientes” se les aplicaran choques eléctricos (electroshocks), cuando ésta técnica viola los derechos humanos. Según ella, existen pruebas sobre los daños que sufrieron los pacientes que están en el psiquiátrico.

Lizda Rodríguez, de “Todos comen”, dijo que Rosado Franco “en todos los foros, mantiene la postura de estar en contra de la vanguardia de la psiquiatría”, y que, de volver a un cargo en Salud Mental, volvería “la tortura”.

María Guadalupe Vargas Saldaña, de “Junior Fellowship del Colegio Internacional de Cirujanos”, indicó que en un estudio efectuado en el Psiquiátrico “Yucatán”, los pacientes “no conocían a Rosado Franco, ya que en ningún momento estuvo con ellos”.

 “El director de cada hospital psiquiátrico tiene que estar con los pacientes, los tiene que conocer, para que los pueda tratar bien, ya que cada caso es diferente”, subrayó.

Alejandro Acosta Ambris, de la Fundación Dignidad, reprochó la postura de Rosado Franco de minimizar los logros de las villas de transición hospitalaria correspondientes al Modelo Miguel Hidalgo de Atención en Salud Mental.

Expresó que en el caso del Psiquiátrico “Yucatán”, a los usuarios se les brinda la atención como personas, e incluso, ya se demostró que se comportan a la altura cuando fueron transportados al puerto así como al zoológico, y otros puntos de entretenimiento.

Aseveró que con el Modelo Hidalgo “el usuario puede recuperar su capacidad de vida (…) Es necesario acabar con la psiquiatría arcaica, que en el caso de Yucatán, el principal promotor es Rosado Franco”, enfatizó.

Destacó que es un programa establecido dentro de la Norma Oficial Mexicana (NOM) además que es parte de del Programa Nacional 2015-2018.

De asumir el cargo, Rosado Franco sustituirá a Manuel Ruiz Mendoza.