Mérida, Yucatán.- Con un recordatorio y oración por los migrantes centroamericanos que han cruzado la frontera sur hacia México, y los damnificados por tormentas y huracanes, la Misa de Fieles Difuntos en la capital yucateca cumplió con el ritual de cada año.
Salpicada por ligera lluvia, al igual que en otros puntos de la ciudad, la celebración litúrgica que encabezó el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega reunió a casi 1,000 personas en conmemoración de familiares y amigos muertos.
En la explanada central del cementerio de Xoclán, al poniente de Mérida, los vivos colmaron los pasillos y las secciones de tumbas, a donde llevaron plegarias, flores o simple compañía.
Ellos son los muertos a los que nadie lloró: la fosa común en Xoclán (video)
En la eucaristía, monseñor Rodríguez Vega se refirió en dos ocasiones a los migrantes y una vez a los afectados por efectos del clima extremo.
“Por nuestros hermanos migrantes, que encuentren en el camino la fortaleza de Dios y la caridad de los hermanos. Oremos.
“Por todos los damnificados en México por los distintos fenómenos meteorológicos, que encuentren esa fuerza de Dios y esa caridad de los hermanos. Oremos”, expresó.
Previamente aludió de manera directa a “nuestros hermanos hondureños”, al compartir las palabras proféticas de Jesucristo: “Vengan benditos de mi padre, porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me hospedaron…”
El arzobispo abundó que en su momento estas obras de caridad serán el motivo de nuestro juicio, de toda la humanidad, no sólo de los católicos.
Aparte de la concentración religiosa, de 10:00 a 10:55 horas, unas 15 mil personas abarrotaron el camposanto, según estimaciones de la Policía Municipal, incluso alrededores de calle 65-A poniente, entre 52 y 12 de la Xoclán.
(LectorMx)