Mérida, Yucatán.- El experto en aprovechamiento de mantos acuíferos, Rogelio Pérez Monsreal, propuso mejorar la cultura del agua, o sea imitar lo que ocurre con el ciclo del agua en la naturaleza, que es el de aprovechar la permeabilidad natural del suelo y del subsuelo para infiltrar el pluvial y así recargar los ríos subterráneos.
Sugirió evaluar el actual funcionamiento de las plantas de tratamiento de aguas residuales y los sistemas de descarga de agua pluvial a partir de la creación de una ley estatal de aguas que permita un marco jurídico y local apropiados a nuestro medio ambiente y decidir una política y modelos para un desarrollo sustentable.
“No podemos copiar los métodos tradicionales para el uso manejo y disposición final de las aguas tratadas; es necesario innovar y mejorar las condiciones de manejo y asegurar un mejor porvenir a las generaciones futuras”, recalcó en una conferencia sustentada ante docentes y alumnos de la Facultad de Arquitectura de la UADY.
Advirtió que la extensión indiscriminada de acueductos pluviales ha disminuido la recarga y con ello los niveles de agua subterránea, amén de la sobreexplotación.
Criticó el actual sistema de drenaje pluvial de rejillas y pozos de recarga llamados de absorción por contaminantes, al arrastrar polvo basura y excretas metiéndolo sin tratamiento directamente al manto acuífero.
Explicó que las actuales guarniciones funcionan como una barrera para proteger las banquetas, lo que propicia el problema de encharcamiento de las calles, sobre todo en las comisarías.
Situación similar ocurre en camellones, apuntó, ya que se instalan las rejillas a un lado con las mismas consecuencias.
El sistema de alcantarillado causa perjuicio ambiental –agregó–, ya que propicia el escurrimiento de aguas residuales negras bajo las calles con venteo al ambiente y sus bacterias, que incluye descarga de excretas con nutrientes y comida desechada lo que a su vez provoca fauna nociva.
Por ello, planteó el aprovechamiento de la permeabilidad del suelo, utilizar jardines de lluvia y zanjas a manera de cárcamos de tormenta que se definirían como áreas verdes con una capa superficial de piedras porosas para filtrar el agua antes de devolverla al subsuelo, a un desnivel inferior con respecto al pavimento de cuando menos 10 centímetros de la parte superficial.
En el caso de las nuevas urbanizaciones o desarrollo de fraccionamientos, sugirió que los pavimentos estén al mismo nivel tanto de banqueta como ciclopista y arroyo vehicular evitando rampas y desniveles.
Explicó que mientras en otros lugares del país el agua de lluvia se escurre hacia los ríos y lagos, en la Península de Yucatán la situación es diferente ya que el suelo es muy permeable, de tal forma que el agua de la lluvia se infiltra por grietas hasta el subsuelo formando el acuífero subterráneo.
Pérez Monsreal y Zenón Medina Domínguez, sustentaron la conferencia “La geología del subsuelo y los riesgos en el manto acuífero de la Península de Yucatán”, con apoyo de la asociación “Corresponsabilidad y Promoción Social”, que encabeza Antonio Peniche Gallareta.
(Foto: archivo)
(Jesús Mejía)