Mérida, Yucatán.- “Déjame que te cuente” es el nombre de la escultura de una niña con un libro en las manos que invita al espectador a soñar, a echar a volar su imaginación y remontarse a escenarios fantásticos de dragones, superhéroes o caballeros medievales.
“Déjame que te cuente” hace honor a la niña yucateca, una de tantas que se encuentran en cualquier parte del territorio, lo mismo en Dzitás, que en la remota Chemax o incluso en un patio de una casa cualquiera de Mérida, que adquirió forma y vida con las manos de la escultora Gladys Díaz Negrón.
Es, además, el título de una muestra que se exhibirá hasta el 4 de mayo en el Centro Cultural Martí del parque Las Américas de Mérida, que incluye nueve esculturas de niños de diversos tamaños, alusivos a sus juegos y su capacidad de concentración y admiración, en este mes de abril dedicado a la infancia.
Ganadora de la Segunda Bienal Internacional de Arte Contemporáneo en Argentina en el 2014, Díaz Negrón reunió para nostalgia de los visitantes adultos una selección de niños esculpidos en terracota, piedra y bronce que leen, juegan, muestran destrezas y son capaces de volar papalotes.

La exposición es una invitación a los niños y adultos a leer, a viajar por esos mundos mágicos plagados de seres fantásticos gracias a las palabras impresas que se vuelven realidad en la mente de los lectores.
La arcilla, la piedra de terracota, el metal cobraron forma de niñas con sus hipiles y niños con su kimbomba y papagayo, o bien en la concentración de una lectura que se antoja intensa y plena de aventuras.
“Tocando sueños”, “Peques I y II” y “Lectura” son títulos que evocan las nueve obras que se exhiben en el recinto de arquitectura maya, abierto a la curiosidad, pero también a quienes pueden reflejarse a sí mismos en la obra escultórica de Gladys.
De formación arquitecta, con maestría en Conservación Arquitectónica, autora del portento del Palacio de Justicia y de la restauración del Monumento a la Patria, con un amplio currículum de exposiciones propias y colectivas, la artista plasmó en “Déjame que te cuente” un toque escultórico genuinamente yucateco.

(Jesús Mejía)