Mérida, Yucatán.- Las obras del proyecto “Ya’axtal, el gran pulmón de Mérida”, en el parque ecoarqueológico de Xoclán, han permitido liberar más vestigios de la civilización maya.

Desde hace varias semanas, en una de las fronteras con la mancha urbana, arqueólogos de Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reconstruyen una estructura que se encontraba cubierta por tierra e incluso plantas y árboles.

El “hallazgo” colinda incluso con terrenos donde, desde hace varios años, existen casas del fraccionamiento Mulsay, sobre la calle 14A, casi esquina con la 5.

La estructura ya fue recuperada prácticamente en toda su base y puede observarse ya la forma piramidal (de casi nueve metros de ancho). La zona está delimitada por cintas amarillas que prohíben el paso, aunque nadie vigila el lugar.

Hasta ahora, ni el INAH ni el Ayuntamiento han informado de los detalles.

A un costado de este montículo hay otra pequeña área que se encuentra demarcada y “abanderada”.

Vecinos del sector comentaron que siempre han conocido del tema y que hace unos 15 años, quienes tienen viviendas aledañas, recibieron un documento en el que se les comunicaba que sus casas podrían ser expropiadas, ya que debajo existían vestigios antiguos.

Sin embargo, nunca volvieron a mencionarles el caso.

Los trabajos, iniciados hace cuatro meses y con duración programada de seis en una primera etapa, forman parte de la intervención conjunta del INAH y la comuna, con el fin de consolidar y proteger los monumentos prehispánicos.

José Arturo Chab Cárdenas, jefe del departamento jurídico del INAH Yucatán, explicó que, además del cuidado del patrimonio, se pretende que el parque se vuelva más atractivo para habitantes y visitantes, y se convierta en un referente cultural de Mérida.

La arqueóloga Sylviane Boucher Le Candais, investigadora del Centro INAH Yucatán, subrayó el parque arqueoecológico Xoclán, alberga “gran cantidad” de vestigios mayas de diferentes períodos.

Desde finales de la década de los 70 el INAH ha realizado acciones aisladas (con apoyos de la UNAM o universidades extranjeras, como la de Barcelona), pero ahora son más amplias e integrales.

Hace años se pensaba que esta zona abarcaba unos 500 metros cuadrados, aunque en realidad tiene más de dos mil, y que han sido divididos en dos grandes grupos: el sur y el norte.

Según el INAH, en general existen registros de edificios, plazas y basamentos, así como altares de diferentes épocas, mascarones de Chaac, grandes piedras megalíticas y del “sac beh”.

(LectorMx)