Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- Ante el auge del comercio electrónico a gran escala y sobre todo en campañas como el “Black Friday”, la organización no gubernamental Greenpeace alertó del grave peligro que este servicio entraña para el planeta en términos de uso de los recursos, emisiones de gases de efecto invernadero y de residuos.

Greenpeace señaló que los envíos rápidos y a domicilio requieren de tres veces más energía que los habituales y sólo en China en 2018 se generaron 13 millones de toneladas de emisiones a partir de envases del sector de entrega urgente.

Indicó que en los últimos años, el comercio electrónico, e-commerce o comercio online se ha convertido en una parte indispensable del marco de ventas global, especialmente a raíz de la pandemia del coronavirus Covid-19.

Tan solo, en España, el 62.6 por ciento de la población ha comprado online en los últimos 12 meses, según el Instituto Nacional de Estadísticas , y para este Black Friday se estima que 8 de cada 10 personas lo hagan.

Alba García, responsable de la campaña de ciudades en Greenpeace España, sostuvo que “el comercio electrónico nos ha facilitado la vida, sobre todo en tiempos de pandemia, pero a gran escala tiene un elevado costo ambiental”.

Añadió que “el sobreconsumo digital implica una extracción de recursos masiva y la generación de emisiones al producir los artículos y distribuirlos de un punto a otro del planeta, además de numerosos problemas para deshacernos de ellos”.

Remarcó que “consumir local en vez de apostar por gigantes del consumo, y solo cuando lo necesitemos, es la única solución”.

Durante la llamada “última milla” (la distribución de los paquetes a los hogares) es cuando se genera un mayor número de emisiones, principalmente por el transporte, lo cual se ha agravado con la reciente introducción del modo “rápido”, que permite recibir los productos en 24 horas e implica más distribución y movimientos, y por las devoluciones gratuitas, ya que uno de cada tres productos se retornan.

Greenpeace resaltó que el Black Friday es una fecha especialmente dañina en este sentido y puso como ejemplo que en 2019 se distribuyeron 3.5 millones de paquetes en toda España y 1.5 en Madrid (un día normal en la capital se distribuyen en torno a 350 mil y 400 mil paquetes).

A las emisiones del reparto se suman las ligadas a la importación de productos por avión, ya que gran parte del comercio electrónico procede de otros continentes. Esto implica una huella de carbono adicional por cada producto, pues el transporte aéreo emite al menos seis veces más que un camión por tonelada transportada.

La organización apuntó que los residuos generados por las compras virtuales -en su mayoría envoltorios de usar y tirar- son otro de los principales problemas ambientales.

Al no ser envases, los plásticos que se usan para envolver no se reciclan, por lo que acaban en vertederos o incineradoras. El cartón, que tiene una mayor tasa de reciclado y es algo más sostenible comienza a ser ingestionable también debido al creciente aumento de envíos dese largas distancias.

Según la Agencia de Protección Ambiental, el embalaje de este comercio ya representa el 30 por ciento de los residuos sólidos urbanos en Estados Unidos.

Para la organización ecologista, el “e-commerce” se puede transformar en un sector sostenible en el que se apoyen los comercios locales, pero, para ello, es necesario establecer medidas que afecten tanto a las empresas de venta y a las transportistas como a las personas consumidoras.

“Comprar online no es malo en sí mismo, de hecho, durante la pandemia ha dado una posibilidad a pequeños negocios que no tenían otra forma de vender sus productos. Sin embargo, el consumo masivo sí tiene consecuencias muy negativas: necesitaríamos tres planetas Tierra para satisfacer nuestra tasa actual de consumo”, concluyó García.

(LectorMx)