Mérida, Yucatán.- A pesar de que el Museo de Antropología de Yucatán cumplió 61 años en el edificio que lo alberga, el Palacio Cantón, como en un testamento aún no leído, nos guarda aún muchos secretos.
Una investigación reciente reveló que la otrora casa de la familia Cantón Rosado, ubicada en el también histórico Paseo de Montejo, no era propiedad del General sino de su hijo homónimo, y al que se distinguía con su grado académico para diferenciarlo de su padre: Lic. Francisco Cantón Rosado.
Y aunque sabemos que la familia del militar yucateco -quien pasó a la historia por combatir en la cruenta Guerra de Castas– no fue la única que lo habitó -la familia de Remigio Aguilar, director de la primaria “Hidalgo”, que se abrió ahí, la vivió años después-, no se sabía que tuvo un habitante misterioso, quien lo rentó cuando ni siquiera los Cantón Rosado lo habían estrenado.
Algunos de estos “secretos”, o cuando menos hechos poco conocidos de la “vida” de este monumental gigante de 30 metros de altura, símbolo de la bonanza de la época henequenera de principios del siglo pasado, se comentaron en la charla que, con motivo del aniversario del Museo Palacio Cantón, se llevó a cabo en días pasados.
Encabezados por la promotora cultural y escritora Celia Pedrero Cerón, el equipo de investigadores conformado por difusor cultural e historiador Sergio Ceballos y el periodista Eduardo Vargas Marín desarrolló un trabajo de documentación de la vida y obra del general Francisco Cantón Rosado y del edificio con miras a establecer una sala permanente de exposición en al recinto, según comentó el director Bernardo Sarvide.
En la charla, denominada “Hallazgos y anécdotas sobre el General Cantón y su Palacio”, se dieron a conocer detalles poco conocidos del edificio y de personas que rodearon o se relacionaron con la familia Cantón Rosado y que terminaron involuntariamente grabados en la impronta del edificio que llama la atención a cualquier visitante y que no deja de asombrar a los yucatecos.
Ante la falta de un fondo destinado a vida y obra del General Francisco Cantón Rosado en el Archivo General del Estado, los investigadores se dieron a la tarea de rastrear documentos legales prácticamente uno por uno; así fue como dieron con el testamento del militar.
Escueto, casi parco, la única “pista” para saber los orígenes de Palacio Cantón fue que el General heredó la mitad de su bienes a su esposa Domitila Sabido, entre los que no estaba el edificio -aunque sí otras 33 propiedades- ¿por qué? No es únicamente porque, como ya vimos, la casa no era del militar -y esto “apareció” después-, sino porque el dictó su última voluntad en 1892, muchos años antes de que la casa familiar fuera proyectada.
Pero el legado del General llevó a los investigadores al testamento de la esposa y ahí encontraron “las primeras luces”, cuando menos, del menaje del Palacio porque en la sucesión hay una lista de 700 bienes que le pertenecían tan sólo por haber contraído matrimonio con el militar. La hipótesis es que estos bienes pudieron llegar a la futura casa familiar, porque Domitila falleció antes de que el General habitara la villa de Paseo de Montejo y los bienes pasaran a manos del viudo, o sea, de don Francisco Cantón Rosado.
De acuerdo con los investigadores, lo que en realidad se buscaban eran los planos del edificio, pues se sabe que fueron traídos de Europa; pero en la “indagatoria”, decenas de documentos de juicios mercantiles contra la familia (y a su favor) salieron a la luz; el Palacio, como hemos publicado, fue prácticamente apilado sobre deudas impagables, al grado de que, aún sin estrenarse, salió a remate exigencia de un acreedor bancario.
Estos documentos revelaron que quien realmente era el propietario era el Lic. Francisco Cantón: compró los terrenos que hoy ocupa la casa y quien en todo momento apareció en las escrituras como único propietario.
Este descubrimiento comenzó a perfilar la hipótesis de que, en realidad, el Palacio fue concebido -y logrado- por la visión del licenciado y no por la del General, pues fue aquél quien viajó por el mundo y quien, en sus crónicas publicadas en un libro, muestra su pasión por la arquitectura europea. Recordemos que las investigaciones de Gladys Arana revelan que la villa tiene muchas características arquitectónicas del norte de Italia.
Al final, de acuerdo con la parte conocida de la historia, fue precisamente el hijo quien pactó con el Gobierno del Estado el rescate del edificio que, como ahora ya sabemos, no se perdió en 1929, cuando la familia Cantón Rosado, sino aún antes de “nacer” porque siempre fue insostenible económicamente.
De acuerdo con lo expuesto por el equipo encabezado por Celia Pedrero, la investigación fue una primera aproximación a la vida del General y el Palacio, pero requiere aún más trabajo para confirmar algunos de los detalles expuestos, como el del menaje. La indagatoria debe continuarse.
Puedes ver la charla completa en este link: https://www.facebook.com/palaciocanton/videos/872482606858815