Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- La Caja de las Letras del Instituto Cervantes en Madrid guarda desde hoy el manuscrito del discurso que Miguel Delibes pronunció al recoger el Premio Cervantes de 1993, un legado in memoriam de especial valor que, por deseo de la familia del escritor y de la Fundación Delibes, permanecerá guardado durante los próximos 10 años en la antigua cámara acorazada de la sede central de esta institución.

Se trata del original de “Una vida vivida”, que Delibes (Valladolid, 17 de octubre de 1920 – Valladolid, 12 de marzo de 2010) pronunció el 23 de abril de 1994 en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares.

El documento, que se ha visto por primera vez en público, lo forman cuatro páginas con cuadrícula, escritas en tinta azul de su puño y letra con correcciones, tachaduras y diversos cambios en el texto que revelan el proceso creativo de uno de los discursos más importantes en la vida del autor de “Los santos inocentes”.

La caja número 1683 alberga desde hoy este legado in memoriam de Miguel Delibes en el marco del centenario de su nacimiento y el día que se cumplen 11 años de su fallecimiento. Al acto de entrega asistieron numerosos miembros de la familia Delibes, de la Fundación (que cumple una década desde su creación) y de la Comisión Interadministrativa del Centenario Delibes, de la que forma parte el propio Instituto Cervantes.

Elisa Delibes de Castro, presidenta del patronato de la Fundación Miguel Delibes e hija del célebre autor y periodista, afirmó que “estamos verdaderamente contentos de complacer por fin la aspiración del Instituto Cervantes de tener aquí un legado de Miguel Delibes”, algo que intentó en 2007 (recién creada la Caja de las Letras) el entonces director, César Antonio Molina, y volvió a pretender en 2010 su sucesora Carmen Caffarel.

“Mi padre contestó un no tajante”, explicó Elisa Delibes, porque, ya muy mayor y bastante enfermo, no entendió la filosofía de la petición: consideraba que, después de su cercana muerte, no iba a desvelarse nada que no hubiese mostrado en vida.

Ahora, la familia y la Fundación hacen una “una contribución relativamente modesta” porque tienen miles y miles de cuartillas del autor, escritas todas a mano. “Los deudores somos los Delibes, no el Instituto Cervantes; hemos venido a cubrir los números rojos en los que estábamos”, aseguró.

Recordó otros muchos homenajes que los centros del Cervantes han brindado a Delibes, así como el bautizo de la biblioteca del Cervantes de Moscú con su nombre en 2005 o la itinerancia por 10 de sus sedes en tres continentes de la exposición “Delibes ilustrado” que la Fundación organizó en 2012.

Ahora mismo, los centros de Beirut y Praga preparan sendas actividades en recuerdo de quien, además del Premio Cervantes 1993, obtuvo los premios Nadal (1948), de la Crítica (1953), el Príncipe de Asturias (1982) o el Nacional de las Letras Españolas (1991).

El director del Instituto, Luis García Montero, afirmó que Miguel Delibes es “un punto de referencia imprescindible de la literatura y la cultura españolas como novelista, como periodista y como persona capaz de intuir muchos de los debates que después se han generalizado: la España rural, el respeto a la naturaleza o los distintos matices de la libertad”.

Añadió que todos esos asuntos se encarnan en la obra de un escritor que se ha hecho popular por sus millones de lectores y las múltiples adaptaciones de sus obras al cine, la televisión o el teatro.

Hizo hincapié en que Delibes mostró su orgullo por la recepción de este legado: hay que “saber heredar lo mejor del pasado, saber recibir una herencia para responder a las preguntas del presente y del mañana”.

(LectorMx)