Mérida, Yucatán.- Muy pocas empresas e instituciones públicas de Yucatán han mostrado interés por monitorear el nivel de un gas que puede ser determinante para saber si un área, sobre todo cerrada, es de alto riesgo para los contagios de Covid-19.

Se trata del Dióxido de Carbono (CO2), un elemento que los seres humanos producen al exhalar, y cuya concentración en demasía es dañina para la salud, puesto que se trata de un contaminante del aire.

Recientemente, con la cada vez mayor evidencia científica de que el virus Sars-Cov-2, causante del COVID-19, se contagia a través de la respiración, pues “entra” al organismo porque personas contagiadas exhalan el virus en los “aerosoles” y permanece en el aire en lugares sin ventilación, los medidores de CO2 se han convertido en una herramienta para saber si un sitio es “sano”.

Y es que, en un sitio donde hay muchas personas -un cine, un restaurante, una escuela, por mencionar algunos ejemplos- una mayor presencia de este gas evidencia poca circulación de aire; si una persona con Covid-19 está en el lugar y exhala el virus, éste permanecerá “flotando” por más tiempo; quienes están ahí, tienen más probabilidades de respirarlo y contagiarse.

Sin embargo, quienes comercializan estos equipos -cuyo costo alcanza los 300 dólares (unos 6 mil pesos) si se trata de un monitor “personal”, que uno puede llevar consigo a todas partes- comentan que en el Sureste las ventas son casi nulas.

Luis Demonte, distribuidor de Sabisu, empresa que comercializa la marca de monitores de CO2 Aranet 4, asegura que la mayoría de las ventas se da en el centro del país; muy pocas empresas en Yucatán y en el Sureste adquieren estos aparatos, que en Europa “se venden por montones”.

En un video que publicó hace unos meses, el médico Alejandro Macías, quien en 2009 coordinó la estrategia para la epidemia de influenza AH1N1 en México, explicó que los monitores de CO2 pueden ser la solución para que los negocios reabran, pues el demostrar que son sitios ventilados implica un menor riesgo de contagios de Sar-Cov-2.

En ese sentido, Luis Demonte asegura que él ha monitoreado en Mérida varios lugares y ha encontrado sitios en donde el medidor marca altas concentraciones de CO2. Esto, explica, aunque puede verse como algo negativo, puede utilizarse como una ventaja, porque basta con ventilar el sitio y el problema se soluciona. “Esto (la medición) es algo preventivo”, reitera.

Aunque según Alejandro Macías, una medición de hasta 1,000 partes por millón es “tolerable”, el monitor Aranet 4 -fabricado en Letonia- presenta como límite saludable 700; a partir de 701, ya marca como ambiente insalubre y lo señala en un pequeño semáforo como “rojo”.

En el siguiente video, Luis Demonte explica cómo funciona este monitor de CO2 -actualmente disponible en la ciudad de Mérida- y algunas mediciones que muestran la concentración del contaminante en una plaza comercial…

Aunque este pequeño monitor puede utilizarse incluso personalmente, es decir, está hecho para que las personas lo lleven a cualquier lugar, existen modelos con alcances más largos y características especiales para uso en negocios.

(LectorMx)