Por Adela Mac Swiney González

Valladolid, España.- La película española “La imagen permanente” de la debutante Laura Ferrés, una exploración del misterio de lo cotidiano, resultó la ganadora de la Espiga de Oro de la 68 Semana Internacional de Cine de Valladolid, en una edición cuyo palmarés aplaude a un nuevo plantel de mujeres cineastas: Alice Rohrwacher, Angela Schanelec, Molly Manning Walker, Vera Egito, Sara Summa, Nina Gantz, Alice Brygo, Sofia Exarchou, Reema Sengupta, Emma Axelroud Bernard y la también española Marina Alberti que ven reconocidos sus trabajos en las principales categorías de los premios oficiales del festival.

“La imagen permanente” supone la continuación lógica en la trayectoria de Laura Ferrés, que ganó el Goya, el Gaudí y la Semana de la Crítica de Cannes con su cortometraje “Los desheredados” (2017), un trabajo entre el documental y la ficción sobre la quiebra de la empresa de su padre estrenado en la Sección Oficial de la 62 Seminci.

Esta nueva película, cuya inspiración nace de su familia materna, procedente de Andalucía, se despliega como una historia dentro de otra historia. Carmen, una publicista en plena búsqueda de caras ‘reales’ para una campaña, se topa con Antonia, una mujer que emigró a Cataluña hace décadas y con quien entabla una particular relación.

El galardón a Ferrés constituye la segunda Espiga de Oro a una producción española en los 68 años de historia del festival y la primera que gana una mujer cineasta del país. “Como jurado, hemos elegido de manera conjunta una película que está impregnada de temas cautivadores, que a menudo es profundamente reflexiva, lírica, y que captura notablemente la esencia misma de la humanidad”, plasma el fallo.

El Jurado Internacional, integrado por la directora española Meritxell Colell, el productor británico Mike Goodridge, el director indio Pan Nalin, la directora Caimán Cuadernos de Cine Jara Yáñez y el director, productor y docente argentino Iván Granovsky, otorgó la Espiga de Plata a “La quimera”, cuarto largometraje de Alice Rohrwacher.

La directora italiana reincide en uno de esos retratos de la Italia profunda, en este caso la de los años ochenta, a través de una historia de ladrones arqueológicos y amores perdidos con Isabella Rossellini en el reparto.

Rohrwacher incide en las constantes de su filmografía para ofrecer una fábula de espíritu felliniano, un canto vitalista que plasma la belleza de la campiña toscana y que, según el acta que la premia, “evoca sentimientos mágicos mientras empuja los límites de la forma artística del cine, a través de una mirada que percibe con encanto tanto la vida como la muerte, a los seres humanos y también a los espíritus, a menudo disolviendo la frontera entre la realidad y la fantasía”.

“El Viejo Roble”, del veterano Ken Loach, ha sido la preferida del público, que ha decidido con sus votos y una puntuación de 4.73 puntos sobre cinco otorgar su premio, patrocinado por El Norte de Castilla, a un viejo conocido del festival. Su último largometraje, según sus propias palabras, “indaga en las semillas del racismo” a través de la historia de un grupo de refugiados que se asienta en un pueblo azotado por la crisis en el norte de Inglaterra.

En el marco de la clausura de la edición 68 de la Seminci, la actriz briánica Charlotte Rampling recibió de manos del director Julio Medem, que la dirigió en “Caótica Ana” (2007), la Espiga de Honor del certamen en la que recordó sus estancias en España, de donde se marchó “con el corazón roto” por un amor juvenil, según bromeó. La mítica intérprete, que ha dejado papeles inolvidables de la mano de directores como Luchino Visconti (La caída de los dioses) o Liliana Cavani (Portero de noche) y protagonista de la película de clausura, “Juniper”, de Matthew J. Saville, recibió el último reconocimiento de una edición que también ha homenajeado a las actrices Nathalie Baye, Blanca Portillo y Kiti Mánver.

(LectorMx)