Mérida, Yucatán.- Con un llamado a seguir el ejemplo de los niños en cuanto al derroche de entusiasmo, alegría y diversión, iniciaron este jueves los desfiles del Carnaval de Mérida 2019 al paso de contingentes infantiles y la novedad que representó el grupo de mascotas con atuendos y disfraces multicolores.
Los niños marcaron el ritmo a seguir en las fiestas del rey Momo con el vigor de sus bailes, trajes multicolores y explosión de energía en el trayecto del parque de Santa Lucía a la Plaza Grande, donde una multitud ocupó los espacios para presenciar el espectáculo.
Cada año más gente concurre al primero de los desfiles de la ciudad dedicado a los niños provenientes de los Centros de Desarrollo Integral, Centro Estatal de Prevención del Delito, asociaciones como Muuk Balam y de bibliotecas y talleres educativos de Mérida.
Los participantes destacaron por su atractivo visual, ya que hubo niños disfrazados de aves, superhéroes y personajes de programas infantiles, a lo que se sumaron las niñas con trajes y tocados de flores propios de Hawai.
En el desplazamiento, un grupo de niñas resaltó con atuendos propios de otros carnavales del Caribe como el de Colombia al presumir tocados con figuras de frutas, y otras con trajes y plumas multicolores que atrajeron las miradas de miles de personas.
Mientras la bachata, el ritmo de la salsa, el merengue y la cumbia acompañaron a los conjuntos, en el perímetro decenas de policías municipales aplicaron un dispositivo para agilizar el tránsito vehicular en la zona.
El alcalde de la ciudad, Renán Barrera Concha; la síndico Diana Canto y el director de Desarrollo Social, José Luis Rodríguez Semerena, presenciaron la concentración.
El colofón de la parada multicolor lo representó el conjunto de perros de diversos tamaños y razas, todos ellos con atuendos y disfraces con el fin de darle un toque innovador a la fiesta, lo que suscitó interés y expectación entre la concurrencia.
El encuentro multitudinario en el primero de los seis desfiles significó un encuentro, en el que los padres de familia, abuelos y niños, además de amistades y vecinos, convivieron a plenitud, al menos durante una hora.
(Jesús Mejía)