¿Te cuesta sentarte, relajarte y simplemente no pensar en nada?

Puede haber una buena razón por la que tu mente divaga, incluso cuando intentas desconectarte: tu cerebro nunca descansa realmente.

Y contrario a lo que suele pensarse, soñar despierto quizás sea algo beneficioso.

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Por muchos años, los neurocientíficos se basaron en la noción de que nuestros cerebros trabajan mucho cuando tenemos que hacer una tarea específica y se apagan cuando no están estimulados mentalmente.

De allí, los experimentos en los que se les pide a voluntarios efectuar una tarea –presionar con un dedo, hacer aritmética mental, mirar fotografías evocadoras– mientras se escanean sus cerebros.

El escáner revela qué partes del cerebro se vuelven más activas durante el ejercicio y cuáles menos. Así, es posible detectar como nuestro cerebro controla nuestro comportamiento.

Muchas veces los neurocientíficos realizan pruebas para explorar la actividad cerebral en una variedad de tareas distintas.

Tras cada ejercicio, tienen que encontrar una forma de devolver el cerebro a un estado neutral y eso suele hacerse pidiéndole a la persona que mire fijamente una cruz blanca en el medio de una pantalla negra.

Al dejar de pensar en algo en particular, la teoría dice que el cerebro debería, esencialmente, desconectarse. El problema es que no lo hace.

La primera señal de que un cerebro en reposo es sorprendentemente activo surgió hace dos décadas, cuando Bharat Biswal preparaba su doctorado en la Facultad de Medicina de Wisconsin, EE.UU.

Investigando formas de conseguir una señal más pura de un escáner cerebral, Biswal notó que el cerebro en reposo no está sin hacer nada.

Y los escáneres parecieron revelar que se trataba de una actividad realmente coordinada.

Red ociosa

En 1997, un análisis que incluyó los resultados de nueve estudios de escáneres del cerebro reveló otra sorpresa.

Gordon Shulmen esperaba que su análisis contribuyera a identificar la red que se activa cuando las personas están prestando atención.

Schulamn notó que, consistentemente, algunas áreas del cerebro se volvían menos activas cuando el período de descanso terminaba y la actividad comenzaba.

La idea de que el cerebro nunca descansa tardó en afianzarse, pero actualmente ya casi 3.000 documentos científicos han sido publicados sobre el tema el sorprendentemente activo “estado en reposo” del cerebro.

Algunos cuestionan el uso del término por la misma razón de que el cerebro no está para nada en descanso y prefieren hablar de la “red neuronal por defecto” (RND), las zonas del cerebro que siguen activas cuando estamos aparentemente ociosos.

La gran pregunta es: ¿por qué el cerebro en reposo es tan activo?

Aun no hay un acuerdo al respecto. Tal vez se debe a que distintas partes del cerebro están simplemente ensayando trabajar en conjunto.

Quizás el cerebro se queda activo como un automóvil detenido, en caso de que necesite actuar repentinamente.

(Información completa: bbc.com/mundo)