Hace unos 30 años, el profesor George Poinar, de la universidad del estado de Oregon recogió durante un trabajo de campo unos 500 fósiles, la mayoría de ellos de insectos.

Poinar es un reconocido entomólogo, así que la prioridad de esas muestras se la dio a sus pequeños animalitos; hasta que, tras décadas en la oscuridad, puso su atención en dos flores fosilizadas.

Y para su sorpresa descubrió que se trataba de una nueva especie de planta, ya extinta, que florecía hace 15 millones de años.

La Strychnos electri pertenece al género de arbustos tropicales y árboles conocidos por producir la letal toxina estricnina.

Los investigadores estadounidenses llamaron a esta especie “elektron”, el nombre griego para ámbar, la resina fosilizada de árboles ya muertos.

Una de las cosas que llamó la atención a los científicos es que estas dos flores estaban sorprendentemente enteras, al contrario de lo que ocurre con la mayoría de los fósiles de plantas en ámbar que normalmente ofrecen solo fragmentos.

El descubrimiento se hizo después de que en 2015 Poinar le enviara a la profesora Lena Struwe, de la universidad Rutgers imágenes en alta resolución.

“Estas flores lucen como si se acabaran de caer del árbol”, señaló Poinar.

“Pensé que se podían tratar de Strychnos y se las mandé a Lena porque sabía que era experta en este género”.

Especie venenosa

La profesora Struwe comparó la estructura física de las flores con todas las 200 especies de Strychnos conocidas.

“Miré cada espécimen de las especies del nuevo mundo, las fotografié y medí y las comparé con la imagen que George me mandó”, explicó Struwe.

Para los animales que existieron en el cretácico superior, lo más probable es que la S. electri no fuera un buen alimento.

“Casi todas las especies del género Strychnos son de alguna forma tóxicas”, aclaró Poinar.

“Cada planta cuenta con su propio alcaloide con distintos efectos. Algunas son más tóxicas que otras, y puede ser que a estas les haya ido bien debido al veneno que les servía como defensa contra herbívoros”, agregó.

Estas flores también caen en la familia de las “astéridas”, que incluye más de 80.000 plantas con flor y muchas de ellas se usan para el consumo humano, como papa, menta, girasol y la planta de café.

El nuevo descubrimiento, publicado en la revista Nature Plants, es considerado como un agregado crucial para el estudio de esta familia de plantas, de la que se tiene muy poca información.

(bbc.com/mundo)