Investigadores de Reino Unido y Estados Unidos criaron embriones humanos durante dos semanas en el laboratorio, sin necesidad de intervención materna
Investigadores de Reino Unido y Estados Unidos criaron embriones humanos durante dos semanas en el laboratorio, sin necesidad de intervención materna, según un estudio que publican la revistas Nature y Nature Cell Biology y que podría reavivar los debates sobre la investigación embrionaria.
Primero, los investigadores observaron al detalle el desarrollo de embriones humanos, de sólo una semana de vida, en una placa de Petri, que se desarrollaron en una sustancia artificial en lugar de en el útero materno.
En un proceso de autoorganización, las células embrionarias iniciaron diversas vías de desarrollo, de forma totalmente independiente a las influencias maternas, informan las revistas. Sus trabajos podrían contribuir, entre otras cosas, a investigar mejor las causas de los abortos involuntarios.
Dieter Birnbacher, presidente de la comisión ética central de la cámara de médicos alemanes, considera el experimento muy interesante en desde el punto de vista científico. Hasta ahora no había sido posible investigar cómo puede anidar el embrión fuera del útero materno.
“Pero estamos muy lejos aún de la visión de una ectogénesis, es decir, el desarrollo de un niño fuera del útero materno”, señala.
También son interesantes los resultados a nivel étnico filosófico, pues apoyan la suposición, recogida en la ley de embriones alemana, de que un embrión tiene el potencial de autorganizarse con sus propios recursos.
En un comentario sobre el estudio, los científicos estadounidenses Insoo Hyun, Amy Wilkerson y Josephine Johnston piden que se revise la “ley de los 14 días” vigente en muchos países, según la cual se permite criar embriones fuera del cuerpo materno durante un máximo de dos semanas.
Las investigaciones presentadas ahora chocan con esta línea, escriben en Nature. El cultivo de embriones humanos parece plausible ahora más allá de ese periodo por lo que es necesario revisar la normativa para, valorar debidamente la investigación y los eventuales planteamientos morales en el futuro, consideran los científicos.
La ley de los 14 días es un límite para la investigación con embriones vigente en países como Australia, Canadá y Estados Unidos, pero también en algunos países europeos como Dinamarca, Suecia o Reino Unido. En algunos de esos países está contemplada como ley y en otros sólo como normativa científica.
Otros países sin embargo prohíben totalmente la investigación embrionaria, como en Alemania, que sólo permite crear embriones con fines de reproducción asistida.
Los óvulos fecundados anidan en torno al séptimo día de su desarrollo en forma de mórula, un conjunto de células circular, en la mucosa uterina.
Después, esas células se especializan. De algunas se desarrolla en embrión en sí mismo y de otras la placenta, que garantiza el alimento del embrión durante el embarazo. “Esa parte del desarrollo humano era una absoluta caja negra”, señalan los investigadores de Ali Brivanlou, de la Universidad Rockefeller de Nueva York, que lideró el primer equipo.
Para investigar mejor el proceso, utilizaron una técnica que ya había ensayado en ratones Magdalena Zernicka-Goetz, de la Universidad de Cambridge, directora del segundo grupo de investigación. Según esa técnica los científicos cultivaron los embriones con ayuda de una solución nutritiva optimizada dotándoles de una estructura a la que pudieran agarrarse.
Los científicos siguieron el desarrollo del embrión realizando marcas químicas a sus distintos tipos de células y así fueron testigos de cómo el epiblasto -una clase de células presentes durante la etapa de gastrulación del desarrollo embrionario- se divide en dos líneas de células distintas a partir de las que surge la placenta por un lado y la vesícula blastodérmica por otro.
“Increíblemente el desarrollo en nuestro sistema, con una ausencia absoluta de aportación materna transcurrió de forma normal al menos en los primeros 12 días”, contó Brianvalou en un comunicado de la Universidad Rockefeller.
Los dos equipos suspendieron los ensayos después de dos semanas, en cumplimiento de los acuerdos internacionales sobre la investigación embrionaria.
El sistema de cultivo celular permite investigar por qué algunos embarazos terminan tan pronto y por qué los métodos de reproducción asistida tienen tasas de éxito tan bajas, esperan los investigadores.
Además, la técnica podría utilizarse también para desarrollar terapias con células madre embrionarias.
Los estudios sientan las bases para una mejor comprensión del desarrollo embrionario más allá del anidamiento, escribe Janet Rossant del Hospital for Sick Children de Toronto (Canadá), en un comentario explicativo sobre el estudio.
Sin embargo, con su forma achatada en su mayor parte y en dos dimensiones, los embriones cultivados no son modelos perfectos para estudiar el desarrollo embrionario tridimensional normal.
(Vanguardia)