Mérida, Yucatán.- El Índice de Desarrollo Democrático de México (IDD-Mex-2015) mostró a Yucatán con luces y sombras en campos que inciden en el bienestar y la calidad de vida de sus habitantes.
Ocupó el primer lugar en derechos y libertades, así como en democracia de las instituciones.
En desarrollo humano y social, registró el cuarto sitio, y en la dimensión que evalúa el desempeño económico de la entidad presentó un mal desempeño.
En este último rubro, Yucatán cayó al lugar 25, con lo que perdió 11 peldaños respecto del año anterior.
La puntuación final de Yucatán en las cuatro dimensiones fue 10 mil puntos, por tercer año consecutivo en los cinco años que lleva la medición.
El presidente de Coparmex Mérida, Gustavo Cisneros Buenfil, reconoció que, en el aspecto de la democracia, Yucatán siempre tiene de los niveles más altos de participación electoral en todo el país.
Atribuyó ese factor por las organizaciones, la sociedad civil y las ONG muy activas.
“Se hace un contrapeso contra el gobierno, que es muy sano, es un elemento que consideramos debe ser fundamental para el buen funcionamiento de cualquier gobierno y de cualquier sociedad”, expresó.
A la pregunta de si los bajos salarios se reflejan en el descenso que registra la entidad en los indicadores económicos, estimó que podría estar incluido.
“Eso, habla de un efecto de desigualdad, el cual tenemos muy por abajo del nivel promedio, pero si tú evalúas a Yucatán con respecto al resto del país, en niveles de informalidad, en niveles de salario mínimo, no estamos tan alejados de la media.
“Es decir, Yucatán, a pesar de eso, el problema principal radica en que cuando hay informalidad, los niveles de ingresos son muy bajos; esos son los que lo disparan. El sector formal generalmente tiene un nivel de ingreso completamente diferente”, contestó.
Respecto a las cifras globales, el país tuvo un nivel promedio de 5 mil 628 puntos en cuanto a la calidad de su democracia.
El análisis fue realizado por Coparmex, el INE, la Fundación Konrad Adenauer y Polilat.
Según la muestra, México ha avanzado en tres de cuatro dimensiones evaluadas: la democracia de los ciudadanos, la democracia de las instituciones y la democracia económica. Sin embargo, aún está por debajo del valor más alto, que fue el observado en 2010.
En tanto, se observó un retroceso en la democracia social por segundo año consecutivo, lo cual demuestra que los principales desafíos para nuestro país siguen siendo la desigualdad, la exclusión y la pobreza.
