En el marco de la competencia internacional de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), Space Apps Challenge, un equipo multidisciplinario de jóvenes universitarios mexicanos, creó el proyecto Faberton

En el marco de la competencia internacional de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), Space Apps Challenge, un equipo multidisciplinario de jóvenes universitarios mexicanos, creó el proyecto Faberton.

El objetivo de este concurso es resolver algunos problemas que la NASA presenta dentro del formato de hackatón, en los que los participantes cuentan con 48 ó 72 horas para encontrar soluciones a los diferentes retos propuestos. Para esto, se forman equipos con amigos, conocidos o incluso extraños que se encuentran dentro del evento.

Participan equipos de todo el mundo conformados por jóvenes científicos, artistas y cualquier interesado en el tema.

Los retos que se busca resolver están relacionados con tecnología, aeronáutica, el sistema solar, la Estación Espacial Internacional, la Tierra y el viaje a Marte.

Entusiasmo mexicano

Space Apps Challenge se realizó en la Ciudad de México en las instalaciones de la Sociedad Astronómica de México, lugar donde seis jóvenes se conocieron e involucraron para participar en este importante evento con el proyecto Faberton.

Faberton tuvo como objetivo resolver la problemática del viaje a Marte abordando la cuestión de la movilidad en ese planeta. “A pesar de que la gravedad es más baja en Marte que en la Tierra, las expediciones para los astronautas serán muy complicadas si se usa el traje espacial común. Nosotros conceptualmente propusimos diseñar un exoesqueleto para los astronautas que pudiera atribuir mayor fuerza y resistencia para su movilidad en este tipo de condiciones”, comentó Alejandro Ruiz Negrete, integrante del equipo Faberton y estudiante de ingeniería mecánica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Durante el concurso, el equipo diseñó el modelo de un brazo robótico de dos grados de libertad: en el codo y en la mano, que por medio de dos sensores se puede controlar a distancia, pues el codo cuenta con un potenciómetro y la mano, con un sensor de flexión. La forma en que se reflejan los movimientos en este brazo es mediante un guante que contiene diversos sensores, directamente usado por la persona.

Además, crearon una unidad de despliegue de información de censado atmosférico marciano con la capacidad de informar en una pequeña pantalla la cantidad de metano, dióxido de carbono, entre otros gases —si hay niveles nocivos para el astronauta, le sería notificado visual y sonoramente—, así como temperatura y densidad.

En el concurso final este equipo mostró el diseño de brazo mecánico que forma parte de su prototipo, para continuar desarrollando el resto del exoesqueleto y la unidad de despliegue de información atmosférica. Esto fue presentado a científicos mexicanos con conocimientos del tema como el doctor Alejandro Farah Simón. Los resultados de este concurso estatal les otorgaron pasar a la siguiente ronda junto con otro equipo.

Durante una semana el trabajo para mejorar el diseño se intensificó para presentar mejores resultados en el siguiente nivel de la competencia. Realizaron un reporte técnico y conceptual del proyecto, así como un video. Desafortunadamente no se logró pasar a la siguiente ronda.

(Comunicado)