Mérida, Yucatán.- Galletas, pilas, garrafones de agua y alimentos no perecederos se han convertido en indispensables en las alacenas de los habitantes de la Península de Yucatán, demostrando que la cultura de prevención en caso de huracanes está cada vez más arraigada.

A pesar de que por el momento aún no se registran compras de pánico por la cercanía de la tormenta tropical Earl, ciudadanos, personal de supermercados y propietarios de pequeñas tiendas indican que la mayoría de las personas están conscientes de la situación y que lo más importante es mantenerse informados y “no perder la calma”.

“Las experiencias vividas con los huracanes Gilberto e Isidoro me dejaron marcado. Decían que no iban a llegar, no iban a llegar, y luego sí tocaron Yucatán. Estoy tranquilo pero creo que lo mejor es tomar previsiones, ir al supermercado a comprar lo necesario  y si no pasa nada no importa, ya hice mi despensa”, explica José Luis.

En plena temporada vacacional, en la que familias enteras se trasladan a las playas yucatecas, la amenaza de un posible huracán es un tema del que es obligatorio estar pendiente.  “Tengo planes de ir esta semana a la playa y no creo cambiarlos. Según leo en las noticias nos pasará por abajo, entonces no hay de qué preocuparse. De todos modos siempre llevo mi celular conmigo y me mantengo al pendiente de las noticias”, explica  Ana María.

“Sí creo que haya más cultura de prevención  porque aprendimos a base de la experiencia. Hay un gran avance tecnológico de acá a 2002, cuando llegó Isidoro, así que es más fácil mantenerse informado”, agrega.

supermercadoLos registros de huracanes en la Península de Yucatán datan desde 1888, algunos sin nombre, pero son Janet, Gilberto, Isidoro y Wilma los que más duramente golpearon nuestra zona. “Estaba muy chico cuando llegó el huracán Janet, aunque azotó principalmente a Chetumal. De ahí pasé Gilberto e Isidoro que sí se sintieron fuertemente en Mérida”, indica don Édgar Canul.

“El problema con el último- Isidoro- que no sé por qué, nadie creía que iba a tocarnos , pensamos que no pasaría nada y la historia fue otra. Ya después de eso creo que los yucatecos quedamos ‘cizcados’.  Mejor prevenir que lamentar”, dice.

“En mi casa siempre tenemos batería, latería y garrafones de agua.  Las pilas muchas veces ahí se quedan mucho tiempo sin usar pero en algún momento nos servirán. Vivimos en un lugar donde la amenaza de huracanes es latente. No es vivir con miedo sino estar consciente de donde vivimos”, añade.

Preguntamos si realizarían alguna modificación en sus hogares como forma de prevención y coincidieron en que no lo creen necesario a menos que se confirme una posible llegada de la tormenta tropical Earl. “¿Eso ya sería más alarmista, no? Esperemos que no nos veamos en la necesidad de hacerlo. Vamos a ver qué se dice en las noticias”, afirma Ana María.

(María del Mar Boeta)