Mérida, Yucatán.- Doña Evelia Dzul no faltó a la cita de hoy en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en San Sebastián. Perfectamente maquillada, con vestido verde turquesa y una sombrilla para protegerse de los rayos del sol, esperaba pacientemente la entrada al recinto del gremio de mestizos “La esperanza católica”.

“Le debo mucho a la Virgen de la Asunción y vengo los días que puedo a sus fiestas. No vivo por acá,  tengo mi casa más para el sur pero trato de no fallarle”, indica la señora, quien antes de irse decidió beber un granizado de uno de los puestos que se colocan en el parque.

gremios_sebastian2Nuevamente y como cada año, el barrio de San Sebastián se viste de gala y  celebra las festividades en honor de santa patrona con vaquerías, ceremonias religiosas,  color, voladores, expresiones de alegría y siguiendo fielmente la tradición. Los hipiles de gala, rosarios de filigrana y blancas alpargatas se lucen en su máximo esplendor para la mayoría aunque algunos prefieren evitarlos .

La peregrinación de hoy correspondió a “La esperanza católica”, encabezada durante más de dos décadas por Marcelo Sanguinetti “Jacarandoso”, quien no dejaba de sonreír y saludar. En esta ocasión llevaban en sus manos un regalo muy especial que transportaban con gran cuidado: un vestido blanco que donarían a la virgen.

También se contó con la presencia del diputado Francisco Torres Rivas  que realizó el recorrido con las más de 100 familias que actualmente integran este gremio, uno de los diez que participan en las festividades. No es la primera vez que el legislador forma parte de la ceremonia, a la que asiste en respuesta a la invitación de “Jacarandoso”.

gremios_sebastian3Mientras tanto, el parque y la iglesia prácticamente se quedaron sin espacio porque estaba ocupado por mamás con sus pequeños hijos, familias completas y vendedores de frituras y aguas dulces.

Las festividades  de Nuestra Señora de la Asunción concluyen el 15 de agosto con diversas actividades a la que están invitados todos sus devotos, quienes no pertenecen sólo a San Sebastián sino también de otras partes de Yucatán, México y el mundo.

(María del Mar Boeta)