Mérida, Yucatán.- Altas concentraciones de diversos plaguicidas neurotóxicos están presentes en aguas subterráneas de Yucatán y podrían estar filtrándose en el líquido que se potabiliza y distribuye en la capital yucateca y otras áreas urbanas.

La alerta la lanzó hoy el investigador yucateco Alfonso Lorenzo Flores, en una ponencia en el último día del XIII Congreso de Hidrogeología ALHSUD 2016.

De acuerdo con un estudio desarrollado entre 2014 y 2015, se detectaron cuatro plaguicidas organofosfatados, a profundidades de hasta 40 metros del manto freático, distancia apenas menores a la que tienen los pozos de donde se obtiene el agua para potabilizar y distribuir.

Según el experto, el primer indicador que llama la atención es que presumiblemente estas sustancias son altamente volátiles, no acumulables y poco persistentes. Sin embargo, el que se les ubique en profundidades de entre 30 a 40 metros indica lo contrario.

La zona de estudio abarcó 29 pozos ubicados en una franja de mil 600 kilómetros del norponiente de Yucatán, tanto en zona urbana como rural, priorizando los plaguicidas diazinón, paratión metílico, dimetoate y sulfotep, que resultaron en mayor o menor cantidad en tiempo de lluvias, de nortes y de secas, tanto a un metro como a 40 metros bajo el agua.

Lorenzo Flores advirtió que los índices europeos establecen que la concentración permitida para un grupo de plaguicidas como éste debe oscilar entre el 0.1 a 0.5 microgramos por litro de agua (ug/l)

En tanto, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) fija como máximos permitidos 20 microgramos por litro para el caso del diazinón y de 30 microgramos por litro para el paratión metálico.

La preocupación de los científicos locales radica en que se hallaron niveles máximos para el periodo de lluvias, de 398.16 microgramos por segundo de sulfotep; en tiempos de nortes la cifra es de 858.5 microgramos por litro de dimetoate y en tiempos de secas de 398.5 microgramos de esta última sustancia.

Para tiempo de lluvias, el paratión metílico reportó índices de 385.3 ug/l y el diazinón de 230 ug/l; en tiempo de nortes las cifra reportan 375.39 ug/l para paratión metílico y de 292.64 para diazinón ug/l, mientras que en temporada de secas fueron de 34.37 ug/l y 17.41 ug/l, respectivamente.

Tras establecer que el uso de las cuatro sustancias está prohibido en Europa y Estados Unidos, el investigador afirmó que la presencia de estas sustancias durante todo el año es concluyente.

“Alguien las está consumiendo, en algún lugar de estado se están empleando; esto debido a que la Norma Oficial Mexicana lo permite y que al no existir parámetros máximos de concentración de estos plaguicidas en el agua, no se asumen medidas para su control y monitoreo”, precisó.

Nuestra mayor preocupación, abundó, es que todas estas sustancias además de ser neurotóxicas son también cancerígenas y puede estar generando graves problemas de salud a la población, pues todo nos indica que su uso no es de ayer, sino lleva mucho tiempo.

“Lo que queremos no es causar pánico entre la sociedad sino alertar a las autoridades para investiguen y asuman medidas de control, pues al ser las aguas subterráneas la única fuente de abastecimiento en Yucatán, ésta se extrae y sólo pasa por un proceso de desinfección y cloración antes de llegar al consumidor.

“Es solo una teoría, pero debido a que no existe un proceso de detección y eliminación de estos compuestos, pasarían directamente al consumidor, lo que generaría un grave problema de salud y es algo que no podemos pasar por alto”, resumió.

(Foto: Seduma)