Si de verdad quiere que su perro aprenda y le obedezca, háblele con voz firme y segura porque, además de entender las palabras que usted le dice, su peludo también reconoce el tono en el que se las dice. O sea, si fue en serio o no.

Así quedó demostrado en un estudio adelantado por la Universidad Eötos Loránd de Budapest (Hungría) y publicado esta semana por la revista Science, en el cual participaron  perros de distintas razas, que estuvieron inmóviles en un aparato de resonancia magnética funcional (FMRI) para realizarles escáneres cerebrales de manera no invasiva y sin dolor, los cuales sirvieron para medir la actividad cerebral de los animales mientras escuchaban la voz de sus entrenadores.

Con las pruebas y análisis practicados, los investigadores concluyeron que “los perros no solo diferencian lo que les decimos y cómo lo decimos, sino que además pueden combinar las dos cosas para lograr una interpretación correcta de lo que esas palabras realmente significan”, dijo el profesor Attila Andics, de dicha universidad.

Además, los resultados del estudio demuestran que “para los perros, un buen elogio puede funcionar muy bien como recompensa, pero funciona aún mejor si palabra y entonación coinciden”, explicó.

 

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