No. Así de contundente fue Hillary Clinton en una entrevista con la cadena televisiva ABC, donde el periodista David Muir le preguntó si aceptará la invitación del Presidente Enrique Peña Nieto para ir a México antes de la jornada electoral.

La negativa de Clinton a reunirse con Peña Nieto después de la visita de Donald Trump es el epílogo de una “tormenta perfecta” diplomática en la relación entre Estados Unidos y México.

“Seguiré centrándome en lo que estamos haciendo para crear empleo en casa, en lo que estamos haciendo para asegurarnos de que los americanos tengan las mejores oportunidades”, sostuvo Clinton.

Tras conocer la negativa, la secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, Claudia Ruiz Massieu, contestó a Clinton en Twitter: “Mantenemos una comunicación permanente y productiva con la campaña de Clinton. Entendemos y respetamos su decisión de proponer el momento de mantener un encuentro. Los gobiernos de #México y#EUA tienen una relación multidimensional, madura y sólida”.

Peña Nieto envió una carta a Clinton y Trump el 26 de agosto invitándoles a reunirse con él. Trump, el candidato que ha construido su campaña a base de insultos a los mexicanos, vio una oportunidad, y el miércoles 31 se plantó con su avión en la Ciudad de México.

Tras la reunión, de más de una hora, Peña Nieto y el republicano dieron una rueda de prensa. En el turno de preguntas, el polémico empresario dijo que en la reunión no se abordó quién financiaría el muro entre EU y México, cuya construcción es una de las promesas centrales de su campaña.

Después, cuando Trump ya volaba hacia EU, Peña escribió en Twitter que le había dicho a éste que México no pagaría el muro.

El mismo día, en un mitin en Arizona, el republicano insistió en que será México el que pague.

La reunión con Peña Nieto sirvió al candidato para obtener una imagen diferente gracias a la rueda de prensa en Los Pinos y la estatura que otorga reunirse con un jefe de Estado. El discurso en Arizona demostró que su mensaje no se había moderado: era más virulento.

En la cadena ABC, Clinton dijo que Trump creó “un incidente diplomático”. “Salió (de la reunión) diciendo una cosa y el presidente mexicano le contradijo casi inmediatamente”, añade. “Ni siquiera sabía cómo comunicarse efectivamente con un jefe de Estado”.

Si la idea de Peña Nieto, al invitar a ambos candidatos, era conocer de primera mano al próximo presidente de EU y establecer un contacto, le ha salido mal. Clinton, que fue secretaria de Estado entre 2009 y 2013 y ya conoce al presidente mexicano, ha evitado entrar en el juego. Los experimentos diplomáticos se los deja a Trump.

(vanguardia.com.mx)