“Hasta ahora no se había encontrado ni un solo gen que fuera catalizador de la depresión. La información que lleva el gen que hemos identificado es muy valiosa”, dijo a Efe Tatiana Axenóvich, catedrática de Biología del Instituto de Citología y Genética (ICG) de Novosibirsk (Siberia).
Axenóvich y su equipo, especialistas en análisis genéticos matemáticos, idearon nuevos métodos estadísticos para localizar ese gen con la ayuda de ordenadores más que de probetas o microscopios.
“Hasta ahora, para identificar el gen había que examinar, como mínimo, a unas 50 mil personas, lo que era algo irreal. En cambio, a nosotros nos ha llegado con 2 mil”, explicó.
Los científicos siberianos se han servido de los datos cedidos por el Centro Erasmus de Rotterdam, que se dedica a estudiar la depresión, afección cuya arquitectura genética es extremadamente compleja.
Y es que cuanto más pequeño sea el efecto que tenga el gen -algo característico de la depresión-, mayor selección de pacientes se necesita para su identificación.
“La clave ha sido no estudiar cada variante genética por separado, como es tradicional, sino el gen al completo, especialmente las variantes que alteran el ADN”, apuntó.
(vanguardia.com.mx)