La Policía británica detuvo ayer a doce personas por el ataque que dejó el sábado siete muertos y 48 heridos en Londres, que se atribuyó el grupo Estado Islámico, mientras las autoridades tratan de establecer las conexiones de los tres terroristas abatidos.

Agentes armados comenzaron a registrar el domingo varios domicilios en el barrio de Barking, en el este de Londres, unas operaciones en las que se produjeron detonaciones y algunos arrestados fueron trasladados en ambulancia, según relataron testigos.

La Policía revisó, además, las imágenes de las cámaras de seguridad instaladas en la zona del puente de Londres y el mercado de Borough, en la orilla sur del río Támesis, donde una furgoneta arrolló a los viandantes y tres hombres apuñalaron posteriormente a numerosas personas de forma indiscriminada.

Los investigadores esperan reconstruir con esas imágenes los movimientos de los terroristas, tanto antes como durante el ataque, que comenzó poco después de las 22.00 hora local (21.00 GMT), en una acción que se ha atribuido el grupo yihadista EI, según la agencia cercana a esa organización, Amaq, que aseguró que fue por venganza.

Una amplia zona alrededor del lugar de los hechos permanece acordonada, mientras expertos forenses recogen pruebas para tratar de comprender al detalle lo sucedido.

La comisaria jefe de Scotland Yard, Cressida Dick, informó de que la Policía tardó ocho minutos en abatir a los terroristas desde que recibió las primeras llamadas pidiendo ayuda, y recalcó que se ha reforzado el número de patrullas en Londres para garantizar la seguridad.

La responsable policial enfatizó que el incidente se ha dado por concluido y no se cree que haya huido ninguna persona que hubiera participado en el ataque.

El jefe de la unidad antiterrorista de Scotland Yard, Mark Rowley, declaró, por su parte, que ocho agentes abrieron fuego contra los tres terroristas, y que en adelante habrá más “medidas físicas” en los puentes de la capital británica a fin de proteger a los ciudadanos.

Rowley reveló que los ocho policías descargaron en total entre todos ellos “alrededor de 50 balas”, una cifra “sin precedentes” para atacar a los terroristas autores del atentado, que portaban, lo que parecía a simple vista, chalecos con explosivos. “Al lidiar con los terroristas, un ciudadano también sufrió una herida de bala”, agregó.

También apuntó que el cuerpo policial realizó “progresos significativos” para tratar de establecer la identidad de los agresores, que aún no se ha difundido.

VÍNCULO EXTREMISTA

Esta es la tercera investigación terrorista de gran envergadura que han lanzado las fuerzas de seguridad en tres meses, tras las que siguieron al ataque en marzo frente al Parlamento británico, que dejó cinco víctimas mortales, y el atentado en Mánchester hace dos semanas, con 22 muertos, además del terrorista suicida.

La primera ministra británica, Theresa May, anunció su intención de potenciar la estrategia antiterrorista del Reino Unido y se mostró favorable a endurecer las penas y revisar los “poderes” de la Policía para tratar de evitar atentados.

La jefa de Gobierno dijo asimismo que no hay una conexión directa entre la organización de los tres recientes atentados en el Reino Unido, aunque subrayó que todos ellos mantienen el vínculo del extremismo islámico.

El servicio de ambulancias trasladó a 48 personas a hospitales de Londres tras el ataque, algunos de los cuales sufren heridas críticas.

RECONOCE A SOSPECHOSO

Ayer domingo continuaron en marcha los registros en diversos pisos en el barrio de Barking, donde los vecinos han descrito cómo policías armados acordonaron a primera hora de la mañana un bloque de apartamentos en la calle King’s Road.

Un testigo, Damien Pettit, de 31 años, explicó a la cadena “Sky News” que reconoció en una fotografía a uno de los supuestos terroristas que perpetraron el ataque en la que aparecía un hombre tendido en el suelo, vestido con pantalones de camuflaje.

“Si es así, estoy completamente conmocionado. Ha vivido aquí durante más de tres años. Es un miembro de la comunidad, una persona afable”, dijo ese testigo, que indicó que ese sospechoso tenía acento londinense.

“Siempre ha intentado ayudar, en cuanto a lo que sucede en esta zona. Siempre organiza grupos comunales para la gente sin hogar que hay en esta zona, así que escuchar ahora que es un cómplice de esto es algo muy duro”, describió Pettit, que puntualizó que el sospechoso tenía dos hijos.

Los ataques terroristas del sábado noche en Londres dejan un héroe, un policía de tráfico, el primero en llegar a la escena, que se enfrentó a tres terroristas armado solo con su porra y que resultó gravemente herido, apuñalado en la cara, la cabeza y una pierna.

La mayoría de los policías en Reino Unido no portan armas de fuego, de hecho, se levantó gran polémica en el país cuando recientemente se propuso que algunos porten al menos armas de electrochoque (Taser) para reducir a atacantes.

Entre los agentes sin armas de fuego se encuentran los guardias de tráfico, como el héroe del sábado, que se había incorporado al cuerpo hacía menos de dos años.

Otros tres policías resultaron heridos en el ataque, uno de ellos fuera de servicio, siendo este guardia de tráfico el que se llevó la peor parte, en estado grave, aunque su vida no corre peligro.

“Es evidente que mostró enorme coraje ante el peligro, se enfrentó a los atacantes armado sólo con su porra, en el exterior de la estación de London Bridge”, destacó Paul Crowther, jefe de la Policía de Tráfico.

“Pese a haberse unido al cuerpo hace menos de dos años, el valor que mostró fue excepcional y me llena de orgullo. Todos los compañeros le deseamos una pronta recuperación “, continúa Crowther.

“El presidente de la Federación de Policía Metropolitana, Ken Marsh, confirmó que varios agentes resultaron heridos en los ataques del sábado.

“La rápida respuesta de nuestros compañeros, tanto armados como desarmados, evitó que hubiese que lamentar más víctimas. No hay palabras para describir la valentía de agentes que corrieron hacia el peligro sin pensar en su propia seguridad”, continuó Marsh.

Los londinenses, dijo, pueden estar hoy orgullosos de sus servicios de emergencia, “son lo mejor de lo mejor y agradecemos a todos por los elogios y los comentarios amables”. (El Español)

Ocho minutos de angustia y caos

Durante ocho angustiosos minutos, las órdenes llegaron de todas direcciones, frenéticas y contradictorias. Las multitudes se dispersaron, en ocasiones hacia el trayecto de los hombres que intentaban matarlas. Las patrullas pasaron junto a los atacantes hacia la camioneta que éstos abandonaron. Sillas, botellas e incluso una canasta volaron por el aire mientras los peatones aterrorizados trataban de contener a los tres hombres y comprender qué ocurría.

Gerard Vowls estaba al otro lado de la calle frente a una sucursal del banco Barclays cuando escuchó a alguien gemir: “he sido apuñalado”. Pensó que era una broma. Pero cuando el hombre se recargó débilmente contra una pared, la sangre era demasiado real. Momentos después, mientras un transeúnte ayudaba al hombre herido, Vowls vio a los tres terroristas atacar con sus cuchillos a una mujer que estaba cerca.

“Los tres tipos, sí, estaban apuñalando a esta mujer constantemente, los tres, sin parar. Simplemente apuñalándola desde cualquier dirección, los tres alrededor de ella. Abalanzados sobre ella”, afirmó. “Los escuché decir una cosa: ‘Esto es por Alá'”.

Las patrullas de la policía pasaban a toda velocidad sin detenerse en ese lugar, tan enfocadas en llegar hacia la camioneta que los atacantes habían abandonado después de estrellarla contra una multitud en el Puente de Londres que aún no se percataban del caos en el Mercado Borough.

Vowls trató de distraer a los hombres que traían cuchillos y advertir al barrio lleno de restaurantes y bares repletos. Gritó mientras corría por las calles, según su versión y la de transeúntes que creen que salvó muchas vidas el sábado en la noche. Las puertas se cerraron de golpe. Los atacantes retrocedieron de al menos un establecimiento cuando enfrentaron una lluvia de botellas de vidrio.

En otro, Richard Angell estaba conversando con amigos cuando un guardia de seguridad gritó que buscaran refugio. Un mesero atoró la puerta con su pie para evitar que alguien entrara. La gente volteó las mesas y se protegió debajo de sillas. La comida salió despedida por el aire.

Las imágenes comenzaron a tener coherencia. Angell vio a alguien lanzar una mesa y entendió que era “un tipo heroico que vio lo que estaba ocurriendo” _al parecer Vowls_ y que estaba tratando de mantener a raya a los atacantes. Vowls dijo que cogió cualquier cosa que estuviera a la mano: sillas, un taburete y botellas de cerveza.

“Y empecé a decir ¡’Oh, terroristas, cobardes, oh!'”, comentó Vowls. Intentaba atraerlos hacia una avenida principal y hacia donde la policía ya podía alcanzarlos con sus balas. No obstante, las patrullas se dirigieron en la dirección equivocada. Vowls corrió de regreso y encontró a un policía local, diciéndole que sabía dónde estaban los atacantes. A pesar de estar desarmado en un país donde pocos policías portan un arma de fuego, los dos regresaron hacia el restaurante.

(elsiglodetorreon.com.mx)