La merma a la petrolera asciende a $30 mil millones al año: informe de la ASF
Evasión fiscal, lavado de dinero y fraude comercial. Un reporte entregado por Petróleos Mexicanos (Pemex) a la autoridad reguladora del mercado bursátil de Estados Unidos refleja que el robo de combustibles en México va más allá de los huachicoleros que venden gasolina a la orilla de carreteras. Se trata de un delito cuya magnitud involucra en su combate a las instancias de seguridad nacional y contra el crimen organizado, y que provoca una merma multimillonaria que la empresa petrolera reconoce no tener capacidad de cuantificar, revelan reportes oficiales.

La pérdida de gasolina por robo en los ductos de Pemex es equivalente a ocho de cada 100 litros del combustible que produce la empresa, concluyó una investigación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), realizada este año. Ello significa que cada día es sustraído un volumen suficiente para llenar un tanque de 40 litros a 103 mil 445 automóviles.

El daño patrimonial a la empresa por el volumen de combustible sustraído entre el punto de ingreso y el de salida del combustible al sistema de ductos, a cargo de la filial Pemex Logística (Plog), es equivalente a 30 mil millones de pesos al año, de acuerdo con la ASF.

La cifra supera la calculada el 9 de mayo pasado por José Antonio Meade, secretario de Hacienda, quien dijo que el robo de gasolina en ductos genera un daño patrimonial de entre 15 mil y 20 mil millones de pesos anuales.

Al margen de las cantidades monetarias –que por sí mismas muestran la forma en que el robo de combustible se ha convertido actividad extendida a amplias regiones del país, como ha documentado La Jornada– esta actividad ilícita es observada también por los mercados financieros internacionales, en los que Pemex obtiene recursos para financiar su multimillonaria deuda.

La fecha es el primero de junio pasado: Pemex canceló ese día los contratos de franquicia de siete gasolineras en el estado de Puebla. La empresa petrolera las acusó de cometer irregularidades en sus procedimientos de comercialización de combustibles y de inconsistencias fiscales.

Un universo marginal de contratos cancelados por venta ilegal de combustible sirvió, sin embargo, para que Pemex se dirigiera a la Comisión del Mercado de Valores (SEC, por sus siglas en inglés), el regulador financiero en Estados Unidos, para informar a la comunidad de inversionistas sobre la magnitud que ha alcanzado el robo de combustible.

En el reporte entregado por Petróleos Mexicanos a la SEC el 11 de julio pasado, la empresa petrolera reconoce que, detrás del robo de combustible, está la delincuencia organizada. Y que, en su combate, participan las principales instancias de seguridad nacional e inteligencia contra los delitos financieros.

Dice el reporte a la SEC que la cancelación de contratos de franquicia a gasolineras que venden combustible robado forma parte de una operación que involucra a Pemex, la Secretaría de Hacienda, el Servicio de Administración Tributaria, la Unidad de Inteligencia Financiera, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Comisión de Seguridad Nacional.

Las acciones emprendidas, dice Pemex a la SEC, buscan combatir el mercado ilícito de combustibles, la evasión fiscal, el lavado de dinero y el fraude comercial que se realizan al amparo de esta actividad.

La magnitud del robo

El robo en ductos, que es sólo una forma de la sustracción ilícita de combustible que padece Petróleos Mexicanos, alcanza 4 millones 137 mil 800 litros por día, reveló una investigación de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) realizada este año.

La investigación de la ASF cita una declaración pública de Carlos Murrieta Cummings, director de Pemex Transformación Industrial –la filial encargada de la elaboración del combustible–quien el primero de abril pasado cifró en 30 mil millones de pesos la pérdida anual por el robo de gasolina.

La ASF calculó que el volumen señalado por el director de Pemex Transformación Industrial fue equivalente a 8 por ciento de la producción total de gasolinas, que fue de 325 mil 300 barriles por día ese año (2016), indica el reporte de la auditoría.

Un barril contiene 159 litros. Así, la producción en 2016 fue de 51 millones 722 mil 700 litros por día. El 8 por ciento señalado por la ASF significa que cada día fue sustraído un volumen de cuatro millones 137 mil 816 litros de gasolina, suficiente para llenar tanques de 40 litros a 103 mil 445 vehículos.

Pero Pemex asegura no tener datos sobre el tema.

En el mismo reporte, la ASF –el órgano de fiscalización del Congreso– da cuenta de que Pemex asegura que no se dispone de sistemas de medición confiables en la totalidad de las instalaciones de almacenamiento y despacho, así como en los sistemas de distribución y en las instalaciones a lo largo de éstas, por lo que no fue posible determinar con precisión el volumen ni el monto monetario perdido de combustibles en el proceso de logística de petrolíferos, ni la parte del proceso de transporte y almacenamiento donde se ubican dichas pérdidas.

(lajornada.unam.mx)