Además de la acusación de desvío de mil 670 millones de pesos del erario de Veracruz, Javier Duarte se embolsó otros 350 millones de pesos, reveló José Juan Janeiro Rodríguez, principal cerebro financiero del exmandatario y testigo colaborador de la PGR.

Janeiro indicó que el Gobierno de Veracruz depositó ese monto a empresas “fantasma”, sin tomarse siquiera la molestia de simular un contrato fraudulento, como acostumbraban a hacerlo.

No hubo licitación, no hubo adjudicación directa ni tampoco hubo contrato: sólo el depósito directo a las cuentas bancarias. Después, dispersarían el dinero en el sistema financiero, según la declaración que rindió el 2 de febrero en España.

El testigo contó a la PGR que ese dinero llegó al final al propio exmandatario y a su principal prestanombres Moisés Mansur Cisneyros.

El abogado fiscalista conoció a Duarte precisamente por medio de Mansur.

Reveló que el entonces gobernador le solicitó sus servicios para que le ayudara a “gestionar” empresas que manejaran “facturación y dispersión” de un crédito que había conseguido.

“El 15 de enero de 2016 me recibió en una cita de empresas para servicios de facturación, porque el Gobierno de Veracruz había procedido a dispersar el dinero”, dijo Janeiro.

Según el abogado, en aquella ocasión le explicó a Duarte que no estaba resuelto el problema de los 350 millones de pesos, transferidos desde las arcas del Gobierno estatal en diciembre de 2015.

Además Israel Lira Salas, subprocurador Especializado en Investigación de Delincuencia Organizada, expuso en la audiencia del sábado, que cuatro constructoras que recibieron contratos legales por mil 170 millones de pesos de la Administración de Javier Duarte hicieron depósitos a tres empresas “fantasma” donde el exgobernador presuntamente lavó dinero.

También se dio a conocer que por órdenes de Duarte, la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz entregó 100 concesiones para taxi a su hermano Cecil Duarte de Ochoa.

(elsiglodetorreon.com.mx)