Mérida, Yucatán.- La experta de la Comisión de Cultura del CGLU (Ciudades y Gobiernos Locales Unidos), Lucina Jiménez, descartó la rentabilidad como condición y garantía de desarrollo de la cultura, a cambio, planteó la importancia de hacerla sostenible mediante la conjunción del subsidio con inversión productiva.

Ante el reto de garantizar la continuidad de las políticas públicas en material cultural, que hoy operan y aplican los tres órdenes de gobierno con base en recursos económicos, en muchas ocasiones escasos e insuficientes, la experta de Acuerdo 21 para la Cultura afirmó que es posible sostener la actividad.

“Primero hay que pensar que la cultura y la producción artística son recursos importantes de una sociedad, ya que permite contar con coreógrafos, actores y artistas que producen una serie de bienes culturales que tienen una dimensión económica, es lo que la Unesco ha llamado expresiones de la diversidad cultural ligados a una economía creativa”, dijo.

“La sustentabilidad del desarrollo cultural está basada varias formas de financiamiento, una tendrá que seguir siendo subsidios, pero en otras constituyen una inversión productiva”, puntualizó en entrevista en torno de las perspectivas de la actividad.

“Más que la rentabilidad se busca la sostenibilidad, que está pensada para que el recurso cultural exista y se gestione desde una perspectiva de derechos y al mismo tiempo tenga viabilidad económica en el futuro”, subrayó la representante luego de participar en la presentación del programa de trabajo de Agenda 21 para la Cultura 2017-2018.

“Primero sostenibilidad al desarrollo, posibilidad de auto sostenibilidad y después ver que en qué campos, dónde sí y dónde no se puede generar rentabilidad”, explicó la experta en promoción del arte y la cultura, vistos no como una carga sino como una inversión productiva capaz de generar bienes de impacto favorable en la población.

(Foto: Filux Mérida)

(Jesús Mejía)