La dentadura no es similar a la de habitantes de esa ciudad maya. No saben cómo llegaron a Yucatán.
Mérida, Yucatán.- Estudios científicos en los dientes de un entierro de niños mayas en Chichén Itzá revelan que los pequeños no eran parientes de quienes habitaban la ciudad prehispánica, pero el estudio es aún es insuficiente para determinar de dónde provenían.
Los científicos tampoco saben por qué llegaron hasta el llamado “chultún” (pozo o cavidad, comúnmente utilizado para colectar agua o guardar granos), ni por qué fueron enterrados ahí y mucho menos la causa de la “masiva” muerte.
Sin embargo, los estudios de Alfonso Gallardo Velázquez, del Centro INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) Yucatán y Martha Pimienta Merlín, investigadora independiente, han comenzado a arrojar algo de luz en un caso que data de 1967, cuando fue hallado el entierro.
Sin embargo, a partir del descubrimiento de los restos óseos, cuando se realizaban obras para la pista del aeropuerto de Chichén Itzá, algunos estudios científicos, se supo que eran niños y jóvenes, pero se generó muy poca información adicional.
“Con el paso del tiempo sólo hay algunas publicaciones de cuando se dio el suceso, cuando fue levantado (el entierro), y en ese sentido podemos decir que nos quedamos con la información que nos dijeron: un entierro que está en un chultún en Chichén Itzá”, explicó, en entrevista, Gallardo Velázquez.
No fue sino hasta hace uno o dos años que estos investigadores decidieron hacer un estudio dental de los restos y éstos revelan que los niños y jóvenes hallados en el “chultún” de Chichén Iztá, o cuando menos las características de sus dientes, no concuerdan con quienes habitaban esa ciudad maya.
Los investigadores presentaron los primeros resultados de sus estudios morfológicos (forma) de los dientes durante el 4o simposio de cultura maya “Ichkantijoo”, que inició este 4 y termina el próximo 8 de diciembre, en el Centro INAH Yucatán.
Tanto los estudios del tamaño de los dientes (odontometría) -cuyos resultados se presentaron hace un par de años, en Durango, como los morfológicos (formas) -que se presentaron este martes, en el Centro INAH)- coinciden en que los niños enterrados en Chichén no compartían características con los del área, ni siquiera con los de otras zonas del norte de la Península.
La hipótesis de los investigadores, la cual requiere aún muchos estudios para comprobarse- es que se trata de personas que llegaron del Petén, es decir, de la zona de Guatemala; sin embargo, aún no pueden afirmarlo.
La ponencia de Gallardo Velázquez y Martha Pimienta fue la primera de la segunda jornada del coloquio sobre evolución, comercio y migración de los mayas, temas centrales del encuentro.
Después, José Manuel Arias López, investigador del Centro INAH, impartió la conferencia “Influencia de la talla y de la masa corporal sobre las variables biomecánicas en población maya prehispánica peninsular”, en la que expuso resultados de sus investigaciones sobre huesos, para determinar incluso algunas actividades que los hombres hacían, según el desgaste de los restos óseos.
También participó Sergio de la Cruz Naranjo, con el tema “El enterramiento en cista, una aproximación a las costumbres funerarias mayas: consideraciones generales,formas comunes y trascendencia.
Thelma Noemí Sierra Sosa, Eduardo Manuel Puga Salazar y Omar Antonio Sosa Guillén expusieron “U Jochol Jawanté. Estatus y función social a través de los platones funerarios de Xcambó, Yucatán”.
(Foto principal: archivo)
(EVM)