La posibilidad de prohibir la circulación de autos diésel en el centro de las grandes ciudades alemanas levantó hoy una discusión en toda Alemania debido a los muchos intereses afectados, y al mismo tiempo cosechó el apoyo de las organizaciones ambientales.
La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, declaró este martes en Berlín que el dictamen del Tribunal Federal Administrativo traerá consigo consecuencias limitadas porque “se trata de determinadas ciudades” y no de una medida generalizada en todo el país.
La jefa del gobierno alemán dijo que justo en la aplicación de ese dictamen es necesario que se guarde el sentido de las proporciones.
Subrayó que el dictamen del Tribunal en Leipzig debe de ser acatado, y la aplicación de las medidas para la limpieza del aire en ciudades y municipios se pueden poner en práctica con el apoyo del gobierno federal.
Destacó que ya está en marcha un plan de miles de millones de euros para ayudar a los municipios a elaborar y a tomar medidas para propiciar la limpieza del aire.
Apuntó que las ciudadades que mas resienten el problema de la contaminación a causa del diésel deben ser de nuevo objeto de una revisión más detallada. Ahora se debe definir en base al dictámen quién tiene la competencia legal para actuar.
El ministro de Transporte, que ocupa en forma temporal hasta que haya nuevo gobierno en Alemania, Christian Schmidt, declaró de acuerdo a su percepción del dictámen que el gobierno debe de evitar las prohibiciones en la medida de lo posible.
En la Bolsa de Frankfurt, las acciones de tres grande scasas automotrices alemanas, -Volkswagen, Daimler y BMW- registraron pérdidas hasta alcanzar valores negativos. La que mas resintió ese efecto fue VW.
De acuerdo a algunos analistas políticos alemanes, las consecuencias de la medida las pagarán los propietarios de autos diésel, ya que la industria automotriz no está obligada por el dictámen a hacer ningún desembolso. Además los propietarios de autos diésel verán caer en picada los precios de sus vehículos.
Las empresas automotrices ganarán con la nueva situación porque automovilistas afectados tratarán de comprar autos que no contaminen, por lo que las ventas aumentarán. En Alemania hay 40 millones de automóviles en circulación, de una población de 82 millones.
Christian Lindner, presidente del Partido Liberal, que se sitúa en la derecha conservadora y representa los intereses de un sector de las clases pudientes, calificó el dictámen por su parte de ser “golpe contra la libertad y contra la propiedad”.
En cambio, el presidente de la asociación Ayuda Alemana al Medio Ambiente, Jürgen Resch, llamó a presionar para que el gobierno alemán actúe en contra de las “maniobras criminales” de las empresas que fabrican autos diésel y que han hecho con ello fortunas de miles de millones.
El tribunal fijó como fase de transición el tiempo a partir de ahora y hasta septiembre de 2019 antes de que entren en vigor las probiciones.
La asociación de Ayuda Alemana para el Medio Ambiente puso de relieve que esos meses son suficientes para que los automovilistas vendan sus autos Diésel o para que los lleven a modificar para que dejen de contaminar.
(Comunicado)