Mérida, Yucatán.- Las causas y efectos del cambio climático repercuten en un deterioro de la salud, ya que las personas hoy día enfrentan altas tasas de mortalidad por enfermedades no transmisibles como resultado de la contaminación, los hábitos alimentarios ricos en grasas y azúcares, la vida sedentaria y la cada vez menos disponibilidad de agua potable.

La estudiosa en Nutrición, Ileana Fajardo Niquete, responsable del Centro Municipal de Atención Nutricional y Diabetes del Ayuntamiento de Mérida, planteó en una conferencia los cambios y los hábitos de consumo que afectan a los habitantes, sobre todo de las grandes ciudades.

La conferencista mencionó como ejemplo el aumento del transporte vehicular, que propicia mayores emisiones de gases de efecto invernadero y más contaminación atmosférica, lo que va de la mano, dijo, con una reducción de la actividad física y vida sedentaria, factores que conllevan aumentos en el índice de masa corporal y en las tasas de obesidad y mortalidad.

Indicó que la falta de disponibilidad de agua en un considerable número de comunidades repercute en el aumento de males diarreicos, que es la causa de 2.2 millones de muertes al año en el país, así como de tracoma, una infección ocular que puede producir ceguera y otros padecimientos.

Al mencionar que la escasez de agua afecta al 40 por ciento de la población mundial, Fajardo Niquete expuso que se requieren más recursos hídricos para producir carne, panes y quesos industrializados que frutas y legumbres, de ahí que estos últimos son una opción de alimentación.

Ante alumnos de la Universidad Anáhuac Mayab, la nutrióloga sostuvo que en el estado de Yucatán los cambios extremos del clima, que varían de lluvia, sequía y aumento de las temperaturas, han provocado descontrol en las cosechas, lo que a su vez disminuye la disponibilidad de alimentos sanos para la población.

Sin aludir factores culturales y hábitos nutricionales, estableció una relación directa entre cambio climático y la prevalencia de malnutricion y desnutricion que actualmente causan 3.1 millones de defunciones cada año en México.

Ante esta situación la nutrióloga sugirió un cambio en los hábitos de consumo y actividad física de los habitantes de las grandes ciudades, tales como separar basura, cultivar huertos familiares, sembrar más árboles, cuidar el agua, usar menos el automóvil, andar en bicicleta, consumir menos carnes y más frutas y verduras, todo ello, apuntó, permitirá contrarrestar el cambio climático.

“Si cambiamos de mentalidad la suma de pequeñas acciones nos permitirá contar con un entorno más favorable y mejor calidad de vida”, recalcó la funcionaria municipal, quien informó que Mérida se adhirió al Pacto de Milán en 16 de octubre de 2017 con el compromiso de emprender acciones a favor de la seguridad alimentaria, el combate a la injusticia social, la desnutrición y los problemas de salud.

IMG_20180228_120742455(Jesús Mejía)