Mérida, Yucatán.- La era de los grandes pianistas como Arthur Rubinstein, Sviatoslav Richter y Claudio Arrau ha terminado; los actuales concertistas son diferentes y carecen de la profundidad y del sentido de interpretación de los anteriores virtuosos, afirmó el solista mexicano Jorge Federico Osorio.

Señalado como uno de los mejores pianistas de México, ofreció conferencia de prensa con directivos de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) en la víspera de su presentación en el Teatro Peón Contreras de Concierto No. 2 para piano y orquesta de Johannes Brahms, en la que aludió a la época de los grandes del siglo XX.

Con más de 50 años de trayectoria profesional, Osorio se refirió a otros maestros del teclado albinegro como Vladimir Horowitz, Paul Badura Skoda y Emil Gilels, quienes, apuntó, dejaron un legado de brillantes interpretaciones que no volverá a repetirse.

En la actualidad hay excelentes pianistas, pero la profundidad, el sentido que le daban los anteriores a las obras de grandes compositores era diferente, recalcó el concertista acompañado del maestro Juan Carlos Lomónaco, titular de la OSY, y de Miguel Escobedo, director del Fideicomiso Garante.

Jorge Federico Osorio, quien ostenta un extenso currículum de presentaciones en Estados Unidos, Centro y Sudamérica, Europa, Singapur, Japón y Rusia, entre otros países, planteó ser un intérprete beethoveniano, ya que dijo gustar y haber grabado con la real Filarmónica de Londres los cinco conciertos para piano del Ludwig Van Beethoven.

Reconoció la fuerza expresiva de los conciertos de Brahms y de Tchaikovsky, pero elogió de manera singular una obra que no le gustaba y aprendió a valorar en toda su dimensión de tal forma que ahora la considera una de las grandes obras del género: el Concierto para Piano de Carlos Chávez y el correspondiente de Manuel M. Ponce.

De 66 años de edad, el concertista mexicano elogió la lucidez y la brillante interpretación lograda por longevos pianistas como el chileno Claudio Arrau y el estadounidense Arthur Rubinstein.

“Mi madre de 93 años aún aprende y toca piano con gran acierto”, puntualizó el maestro.

Jorge Federico Osorio, actualmente radicado en Chicago, desde donde puede viajar para ofrecer conciertos tanto en Norteamérica como en Europa, así como en Sudamérica, reveló que ya tiene compromisos artísticos en lo que resta del año en diversos escenarios.
En 2015 celebró 50 años de carrera artística y recibió el título Doctor Honoris Causa en Bellas Artes por parte de la Universidad Veracruzana.

Su repertorio incluye obras de todas las épocas y son reconocidas sus grabaciones con la Royal Philharmonic Orchestra de Londres de los conciertos de Beethoven, Brahms, Mozart, Ravel, Tchaikovsky y Ricardo Castro, entre otros.

Sobre el Concierto para piano No. 2 de Brahms que serán presentado el 20 y 22 de abril en el teatro Peón Contreras, Lomónaco lo calificó “tan hermoso como grandioso”, cuyos cuatro movimientos evocan a una gran sinfonía y que fue estrenada por el mismo compositor en Budapest en 1881.

En la parte complementaria la OSY tiene reservada una joya musical para los melómanos: la 5ª Sinfonía de Sergei Prokofiev, quien la compuso en plena II Guerra Mundial como “un himno para un hombre libre y feliz, dedicado a sus maravillosos poderes y a su puro y noble espíritu”.

La obra fue estrenada el 13 de enero de 1945 en el Gran Hall del Conservatorio de Moscú por la Orquesta Sinfónica Estatal de la URSS dirigida por el mismo Prokofiev, la cual fue bien recibida y posteriormente interpretada por Serge Koussevitzky con la Orquesta Sinfónica de Boston e inmortalizada en grabación para la RCA Víctor.

(Jesús Mejía)